Sauna espiritual (12): Licet translata, Sola Scriptura
Sauna espiritual (12)[1]
Licet translata, Sola Scriptura
[1]Al principio y al final, la Palabra. Entre tanto, la voz del traductor e interprete, voz imperfecta y anhelante.
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1
1
Dichos de Qohélet,
hijo de David,
rey de Jerusalén.
2
¡Instante de instantes!,
decía Qohélet,
¡Instante de instantes!
¡Todo es un instante!
3
¿Qué gana la persona
con tanta faena
con la que, bajo el sol, se afana?
4
Una generación se va
otra generación llega,
y la tierra
siempre está.
5
Sale el sol
y el sol se oculta
y regresa al lugar
por donde salió.
6
Va hacia el sur
y, después, vuelve al norte,
va y viene;
va el viento
y, en sus vueltas,
el viento vuelve.
7
Todos los ríos llegan al mar
pero el mar no se llena;
al sitio donde los ríos van,
allá ellos vuelven a ir.
8
Todas las cosas cansan
más de lo que se puede contar.
Ni se cansa el ojo de ver,
ni el oído de oír.
9
Lo que fue,
será;
lo que se hizo,
se volverá a hacer.
No hay nada nuevo
bajo el sol.
10
Está quien dice:
“Mira, ¡esto sí que es una novedad!”
Pero viene de largo,
de los que nos precedieron.
11
Nadie se acuerda de los primeros
y tampoco se acordarán de los últimos.
No habrá recuerdo
de los que lleguen después.
12
Yo, Qohélet,
he sido rey de Israel en Jerusalén,
13
puse todo mi corazón
en buscar e investigar con sabiduría
todo lo que se hace bajo el cielo.
¡Dios le ha dado a las personas
una trabajosa tarea
para que, con ella, se humillen!
14
He visto todas las actividades
que, bajo el sol, se realizan.
Y, mira por dónde,
que todo es fugaz,
perseguir el viento
15
Lo torcido no se puede enderezar,
ni contar lo que falta.
16
Me dije a mí mismo:
“Aquí estoy yo,
he sido magnificado
y se me ha incrementado
más sabiduría que a todos
los que me precedieron
en Jerusalén,
he adquirido mucha sabiduría
y conocimiento”.
17
De todo corazón me dediqué
a distinguir la sabiduría
de desvaríos y estupideces
pero comprendí que, también,
esto era perseguir el viento,
porque a más sabiduría,
mayor irritación;
a más cantidad de conocimiento,
mayor cantidad de sufrimiento.
2
1
Me dije a mí mismo:
“Venga va,
prueba con los placeres
y deleitate con lo bueno.”
Y, mira por dónde,
que fue, también, un instante
2
Le dije a la risa: “Desvarías”,
y a los placeres: “¿Qué me aporta esto?”
3
Exploré eso de darle con vino
un gusto al cuerpo
y, sin renunciar a la sabiduría,
entregarme a la estupidez
hasta que viera qué de bueno
hacen, bajo el cielo, las personas
en los contados días de su vida.
4
Grandes obras hice,
construí casas,
planté viñas,
5
cultivé huertos,
cármenes,
donde puse frutales
de toda clase.
6
Hice aljibes
para regar la multitud
de árboles que allí crecían.
7
Compré esclavos y esclavas,
tuve criados,
mucho más ganado,
mayor y menor,
que aquellos
que me precedieron
en Jerusalén.
8
Acumulé dinero,
tesoros de reyes y reinos.
Me hice de cantantes,
y disfruté
las delicias de los hombres:
un harén.
9
Mucho me engrandecí,
más que todos los anteriores
de Jerusalén,
y seguía teniendo sabiduría.
10
No le negué nada a mis ojos,
ni prive mi corazón
de ningún placer.
Disfruté de todo lo que hice
y fue lo único que saqué.
11
Reflexioné, entonces,
sobre todas las obras
que, de mi propia mano, había realizado
y la faena que me costó llevarlas a cabo
y, mira por dónde,
todo era fugaz,
perseguir el viento,
sin provecho bajo el sol.
12
Reflexioné, nuevamente,
sobre la sabiduría,
los desvaríos, las estupideces
porque, ¿qué puede hacer
el sucesor del rey
sino repetir lo ya hecho?
13
Me di cuenta que hay más provecho
en la sabiduría que en la estupidez,
como se aprovecha más la luz
que la oscuridad.
14
El sabio tiene los ojos en la cabeza
mientras que el estúpido anda a ciegas.
También he comprendido que a ambos
les espera el mismo final.
15
Y me dije a mí mismo:
“Si al final voy a acabar
igual que el estupido,
¿para qué he aprendido
yo tanta cosa?”
Y volví a decirme
que esto también era un instante
16
porque jamás se recuerda ni al sabio
ni al estúpido.
Con el paso del tiempo
todo se olvida,
y tanto muere el sabio
como el estúpido.
17
Aborrecí, por tanto, la vida
porque me resultaban repugnantes
todas las cosas que,
bajo el sol, se hacen;
porque todo era fugaz,
perseguir el viento
18
También aborrecí toda la faena
que, bajo el sol, había realizado
y que restará para quien me suceda.
19
¿Quién sabe si será sabio o estúpido
el que se adueñe de todo
lo que trabajé, bajo el sol,
con esfuerzo y sabiduría?
También esto es fugaz.
20
Y, de nuevo, me sentí desilusionado
de todo lo que trabajé,
bajo el sol, con esfuerzo
21
¡Qué haya alguien que trabajó
con sabiduría, conocimiento y rectitud
y que otra persona que no trabajó
reciba sus bienes,
eso, también, es fugaz
y una desgracia enorme!
22
Pues, ¿qué le queda a la persona
tras todo su trabajo
y tanta preocupación
con la que, bajo el sol, se afana?
23
Cada uno de sus días es doloroso
e irritante su faena,
ni de noche ni de día
descansa su mente.
Esto también es fugaz.
24
Nada hay para la persona
mejor que comer o beber,
que vea lo bueno de su trabajo.
Me he dado cuenta
que esto viene de parte de Dios
25
porque, ¿quién comerá,
quién se emocionará
fuera de uno mismo?
26
Pues, a la persona que,
ante El, es buena,
da sabiduría, entendimiento y alegría.
Al pecador, sin embargo,
le da la faena de acumular y amontonar
para dárselo
al que es bueno ante Dios.
Esto, nuevamente, es fugaz,
perseguir el viento.
3
1
Todo tiene un plazo de tiempo,
un momento para cualquier cosa
que agrada bajo el cielo.
2
Un momento para nacer
y otro para morir.
Un momento para plantar
y otro para arrancar.
3
Un momento para matar
y otro para sanar.
Un momento para destruir
y otro para construir.
4
Un momento para llorar
y otro para reír.
Un momento para endechar
y otro para danzar.
5
Un momento para despedregar
y otro para juntar.
Un momento para abrazar
y otro para no hacerlo.
6
Un momento para agenciar
y otro para perder.
Un momento para ahorrar
y otro para dar.
7
Un momento para rasgar
y otro para coser.
Un momento para hablar
y otro para callar.
8
Un momento para amar
y otro para odiar.
Un momento de guerra
y otro de paz.
9
¿De qué sirve que se obsesione tanto
el que trabaja?
10
He contemplado la actividad
que ha dado Dios a los hombres
para que se dediquen a ella.
11
Todo lo hizo bello en su momento
y a sus corazones, además,
les regaló la eternidad,
aunque el hombre no llegue a averiguar
lo que ha hecho Dios
desde el principio hasta el fin.
12
He comprendido que, para ellos,
no hay nada mejor que alegrarse
y hacer el bien en sus vidas,
13
que también es un regalo de Dios
que la persona coma y beba,
que vea lo bueno de su trabajo.
14
He comprendido que, para siempre,
durará todo lo que hace Dios,
que no se le tiene
que quitar o añadir nada.
Dios lo ha hecho así
para que, ante su presencia,
le respeten.
15
Lo que fue es,
lo que será fue
pero Dios reclama
lo que se persigue.
16
He observado, bajo el sol, algo más:
allí el delito ocupa el lugar del derecho
y la injusticia el lugar de la justicia.
17
Y me dije a mí mismo:
“Dios juzgará al justo y al injusto,
porque hay un momento
para cada deseo y obra de allí”.
18
Con relación al caso de las personas,
nuevamente, me dije:
“Dios los prueba
para que perciban
que son como animales”.
19
Igual que los animales
acaban los hombres,
tienen el mismo fin,
ambos mueren
y ambos tienen vida.
No es superior el hombre
a los animales,
todo es fugaz,
20
y todo va al mismo lugar.
Surgió del polvo
y al polvo volverá.
21
¿Quién sabe si el hálito de las personas
asciende a lo alto
y el de los animales
desciende a lo bajo de la tierra?
22
He visto que no hay nada mejor
para la persona
que alegrarse de su trabajo
porque eso es lo que toca,
porque, ¿quién la hará ver
lo que sucederá tras de sí?
4
1
Observé las opresiones
que se dan bajo el sol.
Vi a los oprimidos llorar
sin consolador,
del lado de los opresores
estaba la fuerza
y no tenían consolador.
2
Pensé que los muertos
que murieron
estaban más felices
que los vivos
que viven.
3
Mejor aún para los nonatos
porque no han visto
la maldad bajo el sol.
4
Ví, además,
que todo esfuerzo y éxito
en el quehacer
despierta envidias
entre compañeros.
También esto era fugaz,
perseguir el viento.
5
Se cruza de brazos el estúpido
y termina muriéndose de hambre.
6
Mejor es un puñado de tranquilidad
que dos puñados
de trabajo y perseguir el viento.
7
Reflexioné y volví a ver,
bajo el sol,
lo fugaz.
8
Había alguien,
sin nadie,
sin hijos,
sin hermanos,
sin parar de trabajar,
sin saciedad de riquezas.
[Se preguntó:]
¿Para quién me esfuerzo yo
y me privo de lo bueno?
También esto era fugaz
y un mal negocio.
9
Mejor dos que uno
porque sacan más beneficio
de su trabajo;
10
porque si se caen,
un compañero levantará al otro.
¡Ay del que se cae
y no tiene quien lo levante!
11
Dos que se acuestan juntos
se calientan
pero, ¿cómo se calienta uno solo?
12
A uno se le puede ganar
pero dos aguantarán mejor.
No se rompe fácilmente
una cuerda con tres cabos.
13
Mejor es un chaval pobre y sabio
que un rey viejo y estúpido
incapaz de aceptar consejos,
14
aunque haya salido de la cárcel
para reinar,
aunque haya nacido pobre
en su reino.
15
He visto a todos los que viven
bajo el sol
caminando con aquel chaval
que tomará posesión,
16
era interminable el pueblo,
todos los que le acompañaban.
Pero, los siguientes que lleguen
tampoco estarán contentos con él.
También esto es fugaz,
perseguir el viento.
17
Cuida tu comportamiento
cuando vayas a la Casa del Señor.
Acércate para escuchar,
no para ofrecer
el sacrificio de los estúpidos
que no tienen conocimiento
del mal que hacen.
5
1
Que no se precipite tu boca
ni se apresure tu corazón
en decir algo
ante Dios,
porque Dios está en el cielo
y tú sobre la tierra.
Por tanto, sean pocas tus palabras,
2
pues de la tarea excesiva
llega la pesadilla
y de las palabras en exceso
las estupideces.
3
Cuando hagas un voto a Dios
no tardes en cumplirlo
porque no le gustan los estúpidos.
Cumple lo que prometiste.
4
Mejor es no prometer
que hacer un voto
y no cumplirlo.
5
No dejes que tu boca
haga pecar a tu cuerpo,
ni digas al mensajero
que fue sin darte cuenta.
¿Para qué irritar
a Dios con tu hablar
y que arruine
el fruto de tu trabajo?
6
Abunda la fugacidad y el palabrerío
donde abundan las quimeras.
Tú, por tanto, respeta a Dios.
7
Si ves que en algún lugar
hay opresión del pobre,
que se viola el derecho y la justicia
no te asombres
porque a alguien de arriba
protege otro,
y a estos, otros por encima.
8
Con todo esto, la ganancia de un país
se produce cuando un rey
se pone al servicio del campo.
9
El que ama el dinero
no se saciará,
al que ama la riqueza
no le aprovecha.
También esto es fugaz.
10
Cuando los bienes aumentan,
aumentan los gorrones.
¿Qué beneficio le trae al dueño
aparte de contemplarlos?
11
Dulce es el sueño del trabajador
coma poco o mucho;
al rico, sin embargo,
no le deja dormir la abundancia.
12
He visto, bajo el sol,
un mal enfermizo:
la riqueza guardada por sus dueños
para su propia miseria,
13
pues, se pierde por un mal negocio
y el heredero se queda
con las manos vacías
14
Tan desnudo como salió
del vientre de su madre,
así volverá,
tan desnudo como vino,
sin nada que, de sus fatigas,
pueda llevarse en la mano.
15
Esto también es un mal enfermizo:
tal y como vino, se irá.
¿Qué beneficio obtiene
de haber trabajado
para el viento?
16
Además, cada uno de sus días
se consume en la oscuridad,
en numerosos disgustos,
malestar y enojo.
17
Mira por dónde
esto es lo positivo que he visto:
Es hermoso comer y beber,
ver lo bueno del trabajo
en el que, bajo el sol, se trabajan
los día contados
que Dios ha regalado
porque eso es lo que toca.
18
Y si Dios concede a cualquiera
bienes y riquezas;
y le permite comer de ellas,
llevar lo que le toca
y alegrarse de su trabajo,
esto es un regalo de Dios.
19
No se preocupará del cada día
pues Dios da respuesta
a su corazón con alegría.
6
1
Hay un mal que he visto
bajo el sol
y que es muy común
entre las personas.
2
Alguien a quien Dios
otorga riqueza, tesoros y gloria,
nada le falta de todo lo que anhela
pero al que Dios
no le permite disfrutarlo
personalmente
sino a otro.
Esto es fugaz
y un mal enfermizo.
3
Aunque un hombre
tenga cien hijos
y acumule muchos años,
por muy larga que sea su vida,
si no se sació del bien
ni tiene sepultura,
afirmo que un aborto
vale más que él.
4
Porque llegó en un instante,
a la oscuridad fue
y en la oscuridad
se oculta su recuerdo.
5
No verá el sol,
nada sabrá
pero hay más tranquilidad
para éste que para el otro
6
que pudo haber vivido
dos mil años
sin ver lo positivo.
¿Acaso no van todos
al mismo sitio?
7
Mucho se esfuerza el hombre
para comer
pero no se sacia nunca.
8
¿Qué beneficio tiene
el sabio sobre el necio?
¿Qué gana el pobre
que sabe
enfrentarse a la vida?
9
Más vale la realidad
que lo imaginado.
Es fugaz,
perseguir el viento.
10
Las cosas que existen
ya están catalogadas.
Sabemos lo que es el hombre
y no se puede luchar
con el que nos supera.
11
Aumentan las palabras,
aumenta la fugacidad.
¿Qué se gana con eso?
12
¿Quién sabe lo que conviene
al hombre
a lo largo de su fugaz vivir,
donde pasa como sombra?
¿Quién puede decir al hombre
qué sucederá tras de sí
bajo el sol?
7
1
Mejor es fama
que perfume,
día de la muerte
que de nacimiento.
2
Mejor es ir al tanatorio
que a la sala de fiestas
porque en él acaba
toda vida humana
y los que viven
deben tenerlo en cuenta.
3
Mejor es pena
que risa,
afea el rostro
pero mejora el corazón.
4
El pensamiento de los sabios
está en el tanatorio,
el de los estúpidos
en la sala de fiestas.
5
Mejor es reproche de sabio
que, de alguien,
oir canción de estúpidos,
6
como el crepitar de los abrojos
bajo la olla
es la risa del estúpido.
Y esto también es fugaz.
7
Ciertamente, la opresión
saca al sabio de sus casillas
y el soborno destruye
su corazón.
8
Mejor el final
que el comienzo,
mente amplia
que mente altiva.
9
No te dejes llevar
por la irritación,
porque la irritación
se encuentra cómoda
en el interior
de los estúpidos.
10
No te preguntes:
¿Por qué los tiempos pasados
fueron mejores?
No hay sabiduría
en preguntarte sobre esto.
11
Lo mejor es la sabiduría
con herencia,
y de beneficio
para quienes ven el sol.
12
Puedes estar a la sombra
de la sabiduría
o del dinero,
pero la sabiduría da vida
al que la tiene.
13
Considera lo que hizo Dios,
¿alguien podrá enderezar
lo que él torció?
14
Disfruta de los buenos momentos
cuando te lleguen
y reflexiona con los adversos.
Ambos son cosa de Dios.
Nunca se sabe
lo que te ha de llegar.
15
He visto todo esto
en mi fugaz vida:
Honrado
que perece
en su honradez,
impio
que permanece
en su impiedad.
16
No seas honrado de más
ni sabio de sobra,
¿por qué autodestruirte?
17
No seas malvado de más
ni estúpido,
¿por qué morir antes de tiempo?
18
Es bueno tomar una cosa
sin soltar la otra,
porque de todo sale
el que respeta a Dios.
19
La sabiduría
hace mucho más fuerte
al sabio
que diez gobernadores
en una ciudad.
20
En la tierra
no hay nadie tan honrado
que haga el bien
sin pecar.
21
No des importancia
a todo lo que se dice
y no tendrás que oir
que tu siervo te critica;
22
pues, en tu interior sabes
que tú, muchas veces,
también has criticado
a otros.
23
Examiné todo esto
con sabiduría
y me dije:
¡Seré sabio!
Estaba, sin embargo,
lejos de mi alcance.
24
Lejano lo que fue
y profundo,
muy profundo,
¿quién lo descubrirá?
25
Volví a prestar atención
para conocer,
investigar
y buscar
la sabiduría
y el plan;
para conocer
la maldad de la estupidez
y las estupideces
de los desvaríos.
26
He descubierto algo
más amargo que la muerte:
la mujer que es una trampa,
que tiene una red por corazón
y cadenas por brazos.
Quien es bueno ante Dios,
se libra de ella;
el pecador, sin embargo,
queda atrapado.
27
Mira- dijo Qohélet-
esto es lo que he descubierto
tras, paso a paso,
analizar el plan:
28
aunque lo he buscado
con todo mi ser
no he hallado
a uno entre mil,
mujer ninguna.
29
Mira, esto es lo único
que he averiguado:
que Dios hizo
a la persona recta
pero estos, sin embargo,
se montaron
sus maquinaciones.
8
1
¿Quién es como el sabio?
¿Quién sabe interpretar
cualquier cosa?
La sabiduría
de la persona
ilumina su rostro
y transforma
el rictus de su cara.
2
Digo yo:
Cumple el mandato del rey
en virtud de la promesa
ante Dios,
3
no te des prisa
en salir de su presencia,
ni te mantengas
en mal asunto
porque hará
todo lo que le venga
en gana
4
ya que la palabra del rey
es soberana y
¿quién le va a decir
lo que tiene que hacer?
5
Quien acata sus mandatos
no sabrá
de mal asunto.
El corazón del sabio
percibe
tiempo y juicio.
6
En realidad,
para todo placer
hay un tiempo
y un juicio,
porque el ser humano
tiene un problema grave:
7
no sabe lo que va a pasar
y, sobre lo que pase,
¿quién le va a avisar?
8
Nadie tiene el poder
de retener la vida,
ni potestad
sobre el día de su muerte.
No hay excedencias
en la batalla,
ni la maldad
librará
a sus ejecutores.
9
Todo esto he visto
al dedicarme de lleno
a toda actividad que,
bajo el sol,
se realiza,
cuando una persona
domina a otra
para hacerle mal.
10
He visto a los malvados
sepultados honorablemente
y los que frecuentaban el lugar santo
eran olvidados en la ciudad
en la que actuaron.
También esto es fugaz.
11
Cuando no se ejecuta rápidamente
la sentencia contra una mala acción,
el corazón de las personas
se inclina a hacer lo malo,
12
o a que el pecador
haga cien veces lo malo
y viva mucho.
Aún así, sé
que les irá bien
a los que respetan a Dios,
quienes, en su presencia,
son respetuosos.
13
En cambio, no le irá bien
al malvado;
no se alargará su vida
que, cual sombra,
pasará
porque no respeta
a Dios.
14
Hay otro instante que acontece
sobre la tierra:
Hay justos a los que les va
como malvados
y a malvados a los que les va
como a justos.
Digo yo que esto,
también, es fugaz.
15
Celebro, por tanto, la alegría
porque no hay, bajo el sol,
nada mejor para la persona
que comer, beber y alegrarse,
le acompañará, cada día de su vida,
en el trabajo que, bajo el sol,
Dios le ha concedido.
16
Mira por dónde que me dio
por entender la sabiduría
y por contemplar la faena
que se realiza en la tierra
sin pegar ojo
ni de día ni de noche,
17
y vi todo el trabajo de Dios.
¡El hombre no puede comprender
el trabajo que se ha hecho bajo el cielo!
Ya puede afanarse buscando
que no lo comprenderá,
el sabio puede decir
que lo entiende
pero no podrá comprenderlo.
9
1
A todo esto me entregué
de todo corazón
para poder declarar
que los justos y los sabios,
y sus obras,
están en manos de Dios.
Los hombres apenas
si saben distinguir
entre el amor y el odio,
aunque todo lo tiene delante.
2
Lo mismo le acontece
a todos,
al justo y al malvado,
al puro y al impuro,
al que sacrifica
y al que no lo hace,
tanto al bueno
como al pecador,
al que jura
y al que teme jurar.
3
Esto es lo malo
de lo que, bajo el sol,
se realiza:
lo mismo le acontece
a todos.
El corazón de las personas
rebosa de maldad,
los desvaríos en su interior
cada día de sus vidas
y su final
es con los muertos.
4
Es cierto que
mientras hay vida
hay esperanza,
porque perro vivo es mejor
que león muerto.
5
Los vivos saben que morirán
pero los muertos no saben nada
ni nada esperan.
Su memoria cae en el olvido.
6
Perecen sus amores,
odios y envidias,
no tomarán parte,
bajo el sol,
en nada de lo que se realiza.
7
Ve, come tu pan con alegría,
bebe tu vino con buen corazón,
porque Dios, desde ya,
ha encontrado placer
en tus obras.
8
Lleva siempre vestidos blancos,
y que el perfume no falte
en tu cabeza
9
Contempla la vida
con la mujer que amas
cada día de tu vida fugaz
que te ha dado, bajo el sol,
todos los días de tu fugacidad
porque esto es lo que te toca en la vida
y en el trabajo en el que trabajas,
bajo el sol.
10
Todo lo que te venga a la mano,
hazlo intensamente
porque en el sepulcro,
a donde vas encaminado,
no hay trabajo, ni proyectos,
ni conocimiento, ni sabiduría.
11
Reflexioné, de nuevo, y vi
que, bajo el sol,
no ganan la carrera
los veloces,
ni la batalla
los valientes;
los sabios
no tienen pan,
ni los inteligentes
riquezas,
ni los instruidos
simpatías.
A todos les llegan
tiempos buenos y malos.
12
También vi que nadie
conoce su tiempo.
Como los peces son atrapados
en la red maligna
o las aves se enredan
en el lazo,
así se ven atrapadas
las personas
cuando la desgracia,
repentinamente,
les sobreviene.
13
También vi, bajo el sol, esto
que me parece de gran sabiduría.
14
Había una ciudad pequeña,
con pocos habitantes,
llegó un gran rey y la sitió
y construyó contra ella
grandes artefactos.
15
Se encontraba en ella
un hombre pobre y sabio
que podría haber salvado
aquella ciudad
con su sabiduría.
¡Y nadie se acordaba
de aquel pobre hombre!
16
Digo que “más vale
maña que fuerza”
aunque se menosprecie
la sabiduría del pobre
y no se escuchen sus palabras.
17
Son mejores las serenas
palabras de los sabios
que los gritos
del jefe de los estúpidos
18
Mejor es la sabiduría
que las armas militares.
Un solo error
destruye mucho bien.
10
1
Una mosca muerta
apesta y corrompe
un perfume.
Una pequeña necedad
pesa más
que, juntas,
la sabiduría y la honra.
2
El sabio hace lo derecho,
el estúpido lo siniestro.
3
Incluso cuando camina,
el estúpido carece de seso
y llama estúpido
a todo el que se encuentra.
4
Aunque el humor del gobernante
se vuelva contra ti,
no pierdas la calma
porque es el remedio
que evita los errores graves.
5
Hay un mal que he visto,
bajo el sol,
parecido al error
que cometen los gobernantes.
6
Los puestos más relevantes
se le dan al estúpido
y a los capaces
los menos relevantes.
7
He visto esclavos a caballo,
y principes andando a pie
como esclavos.
8
Caerá en el hoyo
quien lo cave,
y al que abra una brecha
en el muro,
le morderá la serpiente.
9
Se herirá con piedra
el que pica piedra,
el que corta leña
con leña se dañará.
10
Si el hacha pierde el filo
y no se vuelve a afilar,
hay que esforzarse más.
El éxito reside
en usar la sabiduría.
11
Si muerde la serpiente
antes de ser encantada,
nada aprovecha al encantador.
12
Las palabras del sabio
rebosan de gracia
pero los labios del necio
le causan su ruina.
13
Lo primero que dicen
es estúpido,
y lo último
nocivos desvaríos.
14
El estupido
habla demasiado
y como nadie sabe
lo que va a pasar
nadie le avisará
de lo que pasará.
15
Tanto molesta el trabajo
al estúpido
que ni conoce el camino
hacia la ciudad.
16
¡Ay de ti, tierra,
cuando tienes
un muchacho por rey
y tus nobles
desde la mañana
hacen banquete!
17
¡Dichosa tú, tierra,
cuando tienes
un hijo de nobles por rey
y tus nobles
comen a su hora
para reponerse
y no para emborracharse!
18
El techo se cae por la pereza
y por cruzarse de brazos
se llena la casa de goteras.
19
Se celebran los banquetes
para divertirse,
el vino alegra la vida
y el dinero responde
a cualquier cosa.
20
No maldigas al rey
ni con tu pensamiento,
ni en tu propia habitación
hables mal del rico,
porque las aves del cielo
correrán la voz
y lo volátil descubrirá
el asunto.
11
1
Echa tu pan sobre las aguas
y después de muchos días
lo encontrarás de nuevo.
2
Comparte con siete u ocho
porque no sabes
que desgracia
ha de venir sobre la tierra.
3
Si las nubes van cargadas,
descargarán sobre la tierra,
si el árbol cae hacia el sur,
o hacia el norte,
en el lugar donde cae,
allí se queda.
4
Quien observa el viento,
no sembrará;
quien mira las nubes,
no cosechará.
5
De igual manera que no conoces
cuál es la dirección del viento,
ni como crecen los huesos
en la mujer embarazada,
así ignoras la obra de Dios
que lo hace todo.
6
Por la mañana,
siembra tu semilla;
a la tarde,
no reposes
porque no sabes
qué es lo mejor,
esto o aquello,
o si ambas cosas
son igual de buenas.
7
La luz es agradable
y, para los ojos,
contemplar el sol
es un placer.
8
Aunque viva muchos años
la persona,
disfrutándolos todos,
ha de recordar
que muchos serán
los días oscuros
y que todo lo que llega
es fugaz.
9
Alégrate, chaval, en tu adolescencia
y ten buen corazón
en los días de tu juventud,
ve por los caminos de tu corazón
y el mirar de tus ojos.
Eso sí, has de saber,
que de todo esto vendrá,
de parte de Dios,
tu juicio.
10
Echa la rabia de tu corazón a un lado,
aleja lo malo de tu cuerpo,
porque fugaz es la adolescencia,
la mocedad.
12
1
Recuerda a tu Creador
mientras eres joven,
antes de que lleguen
los días adversos,
los años en que digas:
“No les encuentro placer”;
2
antes de que se oscurezcan
el sol, la luz,
la luna, las estrellas;
antes que vuelvan las nubes
tras la tormenta;
3
cuando tiemblen
los guardianes de la casa
y se encorven los valientes;
cuando dejen de trabajar
las molineras, por ser pocas,
y queden a oscuras
las que miran por las ventanas;
4
cuando se cierren
las puertas de la calle
y se apague
el ruido del molino;
cuando se escuche
el trino del ave,
pero las canciones
no se oigan;
5
cuando se tema a las alturas,
y se vean peligros
en cualquier camino;
cuando no se aprecie
el almendro,
y se haga pesado
el saltamontes,
y se pierda
el apetito;
porque el hombre
se encamina
hacia la casa
ininterrumpida
y merodean por las calles
los que hacen duelo.
6
Antes de que se quiebre
la cadena de plata,
se rompa
el cuenco de oro,
se haga añicos
contra la fuente
el cántaro,
se precipite
sobre el pozo
la polea;
7
antes de que el polvo
vuelva a la tierra,
a lo que era,
y el hálito vuelva
a Dios
que es quien lo dio.
8
¡Instante de instantes!,
decía Qohélet,
¡Todo es un instante!
9
Cuanto más sabio fue Qohélet
más entendimiento enseñó al pueblo.
Escuchó, examinó y ordenó
multitud de proverbios.
10
Qohélet buscó hallar
las más deliciosas palabras
y escribir, con acierto,
palabras de verdad.
11
Las palabras de los sabios
son como aguijones.
Como clavos bien colocados
sus colecciones de dichos,
pronunciados por un solo pastor.
12
Aparte de esto, hijo mío,
ten cuidado:
no tiene objeto
escribir muchos libros,
el mucho estudio
perjudica la salud.
13
Al final, éste es el discurso:
Ya se ha dicho todo.
Respeta a Dios,
guarda sus mandamientos
porque, eso es todo el hombre.
14
Dios juzgará toda obra,
incluso la secreta,
sea buena o mala.
Libertador San Martín, domingo de resurrección del 2011
y a un instante del día de gloria.