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Miles de jóvenes adventistas inundan NYC de compasión

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La pasada tarde del sábado 22 de marzo, la esposa de Brian Keener oyó un ruido extraño procedente del otro lado del apartamento en el que reside junto a su marido en Brooklyn, Nueva York. Se acercó a la ventana y vio una gran multitud de jóvenes reunidos en la plaza de enfrente que lleva el nombre de Cadman Plaza. Vestidos con la misma camiseta por encima de sus chaquetas y escoltados por la policía, se disponían a marchar a través del puente de Brooklyn. Intrigada, envió a su marido para saber qué ocurría.

Vi a Keener acercarse al grupo con un par de preguntas. Obtuvo una idea clara de la situación, y contento, les deseó buena suerte. Mientras caminaba de regreso a casa, lo interrogué. Jubilado, cristiano y que a veces va a la iglesia, Keener entendió que la marcha, organizada por la Iglesia Adventista del Séptimo Día, era una acto a favor de un estilo de vida compasivo. “Creo que esta es una gran idea, ya que puede despertar a algunas personas. La compasión es algo maravilloso, y necesitamos más los unos para con los otros. Es agradable ver a tantos jóvenes así “, dijo.

Miles de jóvenes adventistas del séptimo día de EE.UU. y de todo el mundo marcharon por la compasión y la no violencia. El evento fue parte del “Fin de semana de la Compasión”, que tuvo lugar desde el viernes 22 de marzo al domingo 24 de marzo, y movilizó a miles de jóvenes adventistas en Nueva York. Organizado por la Unión del Atlántico como parte del proyecto evangelístico NY13 de la Asociación General para llegar a los neoyorquinos, el “Fin de semana de la Compasión” ofreció a la ciudad de Nueva York entre 20.000 y 30.000 horas de servicio voluntario en más de 60 proyectos de caridad, e invitó a los neoyorquinos a la serie NY13 que Ted Wilson celebrará a mediados de este año.

“Nueva York es conocida por muchos nombres diferentes, (como) la Gran Manzana, la ciudad que nunca duerme”, decía el pastor José Cortés Jr., Director de Jóvenes de la Atlantic Union y principal organizador del evento, durante una rueda de prensa llevada a cabo en Cadman Plaza antes de la marcha. James Black, Director de Jóvenes de la División Norteamericana y Donald G. King, presidente de la Unión del Atlántico, estuvieron presentes, entre otros dirigentes adventistas de jóvenes. Cortés continuó: “Sin embargo, estamos aquí … porque nos gustaría ver Nueva York convertida en la Ciudad de la Compasión, la capital de la compasión en el mundo. “

Varios funcionarios electos y públicos, como el candidato a la alcaldía de Nueva York Bill de Blasio, habían confirmado su presencia para saludar a los manifestantes y hablar con los medios de comunicación. Al final, sólo la congresista Yvette Clarke se dirigió a ellos. “Esta marcha es sobre gente que entiende que la violencia no es la respuesta”, dijo ella, sin guión alguno, “que a través del amor, la compasión, todo tipo de violencia puede ser superada. Y esa es la esencia de los valores de la Iglesia Adventista del Séptimo Día “.

En presencia de ABC Television Network, Telemundo, una red nacional en español, un canal de televisión local, y reporteros de varios periódicos, Clarke explicó por qué la marcha merecía una atención especial. “Envía una señal grande a una ciudad que tiene un pobre historial de hablar de compasión a sus ciudadanos”, dijo la congresista. “La marcha de hoy marca un punto histórico en la vida de esta ciudad, dirigido por la Iglesia Adventista del Séptimo Día, que esperamos que se propague a través de esta ciudad, y de hecho toda la nación, mientras luchamos con las cuestiones del control de armas en Washington, y los temas de un presupuesto federal más humano que daría a estos jóvenes el futuro y las oportunidades que necesitan para difundir su compasión por todas partes “, dijo a la multitud que la vitoreaba.

Los reporteros preguntaron a la congresista acerca de la importancia de dicho evento a la luz del debate nacional del control de armas. Clarke señaló el hecho de que cuando se trata de la violencia armada, rara vez se escucha a los jóvenes, quienes, dijo, son la población más afectada. Para ella, los adolescentes que estaban a punto de marchar estaban pidiendo a los adultos que lucharan por una sociedad y un futuro mejores.

Fue también cuando trataban de cruzar el puente de Brooklyn que el movimiento Occupy Wall Street llamó la atención de los grandes medios. Le pregunté Keener qué pensaba del movimiento Occupy y del movimiento de la Compasión.

“Esta marcha por la compasión puede complementar a Occupy Wall Street”, dijo. “Ambos están protestando por los verdaderos problemas. Ambos son gente común. Occupy Wall Street es más política y esta marcha de la compasión es moral. La compasión no es realmente política, pero la compasión es importante para todos, en todas partes, y, por supuesto, puede ayudar al proceso político “.

Tendemos a pensar la religión y la política como dos esferas distintas, pero para Marcus Borg, profesor de religión y la cultura, tales distinciones pueden ser engañosas cuando se mira a Jesús. En su libro Encuentro con Jesús de nuevo por primera vez (Harper One, 1995), Borg escribe que “el lo expresó con valentía: la compasión para Jesús era política”. Por “política” Borg se refiere a su sentido más amplio, entendida como la “preocupación con la forma y configuración de cualquier comunidad humana “(63). De acuerdo con esta interpretación, Jesús, “desafió el paradigma sociopolítico dominante … y abogó en cambio lo que se podría llamar una política de la compasión” (49).

En el mismo capítulo, Borg nos invita a reflexionar sobre la comprensión de nuestra identidad cristiana. “Estudios de nuestra cultura [EEUU] revelan que se caracteriza por un individualismo generalizado. Dentro de este marco, la compasión se ha convertido en una virtud individual más que en una virtud política. Tiene que ser promulgada por “mil puntos de luz” en lugar de ser un paradigma para la política pública “.

Con la lectura que hace Borg de los evangelios en mente, le pregunté a la congresista Clarke acerca de las posibilidades de la compasión en el mundo político.

“Nuestros políticos nacionales pueden aprender mucho de la iglesia Adventista. No hemos visto un montón de compasión por desgracia, en el último par de años, en particular en la Cámara de Representantes. Si hubiera una tendencia a la compasión creo que volvería a ver más voluntad de colaborar con el Poder Ejecutivo, con el Senado, y se juntarían para redactar un documento moral que respete los valores de todas las personas en esta nación. Desafortunadamente no lo estamos viendo hoy en día, por lo que creo que el Congreso tiene un suspenso en compasión,” dijo.

Movidos por la compasión, miles de jóvenes adventistas hicieron una diferencia en las vidas de los neoyorquinos en dificultades. Se preparó y entregó comidas en las calles y en los albergues. Oraron y cantaron para la gente en las estaciones de metro. Se establecieron estaciones artesanía, bocadillos y narración de cuentos y dieron agua y pañales en las zonas más afectadas por el Huracán Sandy. Pintaron el corazón de compasión con el horizonte de Nueva York en su interior en un mural. Repartieron folletos de salud. Visitaron los hogares de ancianos. Y ellos también se unieron a diferentes organizaciones como los Voluntarios de Áreas Naturales y Occupy Sandy para llevar a cabo diferentes proyectos.

En la plaza más famosa del mundo, el grupo realizó un flash mob. Según el pastor Ricardo Bain, ese mismo sábado a las 12 horas, 400 jóvenes entraron a Times Square de incógnito. Tal como habían ensayado, los miembros del grupo se esparcieron por la plaza, mientras el líder subía los escalones rojos famosos bajo los que se compran boletos con descuento para espectáculos de Broadway. El líder comenzó a gritar lo siguiente, “Hey! Holt! Yo soy las manos de Jesús, yo comparto el amor de Jesús! “Inmediatamente se unieron otros 20 y todos gritaron de nuevo el tintineo. Y 50 más se sumaron y luego 100 más. Y así sucesivamente hasta que, Bain explicó, “Times Square literalmente se detuvo mirando cómo este flash mob se desarrollaba.” Después, los jóvenes formando círculos de oración pidieron a Dios que bendiga a Nueva York.

“Estamos resueltos a llevar este movimiento por todo el noreste de nuestro país y que se replique en todo el mundo por los jóvenes adventistas”, dijo Cortés en la rueda de prensa previa a la marcha. “Hoy, nos gustaría hacer un llamamiento a los dirigentes, algunos de los cuales están aquí presentes, las familias, las escuelas y las iglesias de la ciudad de Nueva York para comenzar un movimiento de compasión.” Según Cortés, los próximos fines de semana de la Compasión confirmaron serán en Portland, Maine, en 2014, Hamilton, Bermuda, en 2015, en Worcester, Massachusetts, en 2016, y Syracuse, Nueva York y Rochester, Nueva York, en 2017. Impresionados por este evento en Nueva York, otras ciudades de todo el país, como Los Ángeles, se han puesto en contacto con Cortés para organizar un Fin de Semana de la Compasión en su área.

“Estamos marchando por el cambio”, dijo el departamental de comunicaciones de la Asociación del Gran Nueva York Rohan Wellington, a los medios de comunicación presentes. “Esta marcha refleja la necesidad de una mayor compasión en la forma en que vivimos nuestras vidas”.

En fila de dos para acceder al puente, la juventud adventista inundó el puente de Brooklyn hasta el punto de que algunos estaban entrando al puente mientras otros lo abandonaban al otro lado. Mientras marchaban, algunos participantes tocaban tambores, otros cantaban, y la mayoría repartieron volantes de “Compasión”. Independientemente de su tarea, todo el mundo hizo todo lo posible para mantener el calor, la temperatura era de cinco grados centígrados.

Finalmente, todos ellos se reunieron en la Plaza Foley, donde el Presidente de la División Norteamericana Dan Jackson se unió a ellos y, junto con otros líderes adventistas, se dirigió a miles de adventistas que vitoreaban y celebraban la vida, muerte y resurrección de Jesús. Como conclusión, los jóvenes ofrecieron varias oraciones para la ciudad y la nación, luego activaron palillos luminosos y cantaron “Hazme tu siervo”.

Fotos de Gisele Oliveira. Ella es una periodista brasileña especializada en semiótica psicoanalítica por la PUC de São Paulo y de la fotografía en el centro de la ICP-Internacional de Fotografía en Nueva York.

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