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Dirigentes adventistas en Argentina son detenidos por un supuesto delito millonario de contrabando de artículos electrónicos

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Algunos dirigentes de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Argentina han sido arrestados por un presunto delito de contrabando de objetos introducidos en el país dentro de contenedores, por valor de 15.000.000 de pesos argentinos (991.000 dólares). La operación policial ordenada por el juez federal Adrián González Charvay se llevó a cabo en ocho lugares distintos, arrestando a seis sospechosos, incluidos dirigentes de la Unión Adventista Argentina.

Según un artículo de “La Nación”, destacado diario conservador argentino, los contenedores provenientes de EEUU eran introducidos en el país alegando contener donaciones de equipamiento médico y herramientas. Sin embargo, en vez de eso, las autoridades aduaneras descubrieron millones de pesos en modernos televisores, ordenadores, tabletas electrónicas, teléfonos móviles, equipamiento profesional cinematográfico, mesas de mezclas de sonido y drones.

El Juez González Charvay, quien lleva a cabo desde hace unos dos meses la investigación de este presunto delito de contrabando, ordenó una valoración de los productos encontrados. Los especialistas que han examinado los contenedores hallaron suministros de hospital caducados y en malas condiciones (algunos aparentemente usados, y posiblemente infectados), así como productos electrónicos sin declarar estimados en un total de 15.000.000  de pesos. Estos artículos tienen un valor de 6.000.000 de pesos (396.400  dólares) en aranceles aduaneros presuntamente defraudados.

El jueves pasado, detectives del Departamento Federal del Crimen de la Policía Federal Argentina llevaron a cabo ocho redadas y arrestaron a seis personas, incluyendo a algunos dirigentes de la Iglesia Adventista en Argentina, cuyos nombres no se han revelado aún. La Asociación de los Adventistas del Séptimo Día era la destinataria nominal del envío, según noticias ofrecidas en medios de comunicación.

La revista Spectrum recibió un mensaje anónimo el 10 de agosto sobre la implicación de la Iglesia Adventista en el contrabando internacional. Un correo electrónico de uapleaks@gmail.com, firmado por “John Doe”, informaba de lo siguiente:

   “Estimado Sr. Wright:

Le escribo acerca de algo que está sucediendo en la Universidad Adventista del Plata (UAP), la universidad de la Iglesia en Argentina. Durante años los dirigentes de la UAP (el rector y dos o tres de sus colaboradores más cercanos) han estado cometiendo un delito de contrabando en nombre de la UAP. El procedimiento es simple: importan algunas donaciones reales desde EEUU, pero en el mismo contenedor añaden mercancías que introducen en el país sin pagar los aranceles correspondientes (que son muy caros). Durante los últimos años se han vuelto más y más atrevidos. En la última ocasión, el CIO de la universidad (un ingeniero de sistemas) viajó a los EEUU durante un par de semanas solo para comprar productos electrónicos. Todo esto podría haber quedado en una anécdota, en medio de un ambiente de corrupción general (tanto dentro como fuera de la iglesia), si los medios de comunicación no se hubieran cruzado con esta información. Hace unos días un contenedor que provenía de los EEUU fue interceptado por la Policía aduanera argentina. Supuestamente sólo contenía donaciones, pero dentro se encontraron toda clase de productos (principalmente electrónicos) valorados entorno a los 400.000 dólares”.

La información contenida en ese correo electrónico, y la posterior correspondencia con la misma fuente, coinciden con la información del diario La Nación, pero la revista Spectrum no había podido verificarlas de forma independiente. Aún no había aparecido nada en los medios de comunicación que confirmara la participación de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en esta supuesta trama.

Cuando preguntamos a “John Doe” si poseía documentación sobre la complicidad de parte del personal de la Universidad Adventista del Plata con la Unión Argentina, “John Doe” declaró:

“No hay correos electrónicos referidos a este hecho, por lo menos ninguno que yo haya visto. La Unión Argentina (UA) ordenó a los dirigentes de la UAP mantener un estricto silencio acerca de este asunto, y dichos empleados están obedeciendo dichas órdenes. Sin embargo, se han producido algunas reuniones personales para compartir información con un grupo de empleados de nivel medio.”

Más tarde, al responder a la pregunta sobre qué dirigentes podrían estar involucrados, “John Doe” escribió lo siguiente:

“A pesar de la información compartida con las Juntas Directivas, las operaciones de importación eran dirigidas por un grupo reducido de personas. El rector de la universidad, Oscar Ramos, es uno de los que toma las decisiones (y en muchos casos el único). Nada es llevado a cabo sin su conocimiento y aprobación. Jorge de Sousa, vice-rector para el desarrollo institucional, es el encargado de conseguir las donaciones. Para ello pasa varios meses al año en EEUU, y es el responsable de introducirlas en Argentina. Nestor Pereyra es, a su vez, el CIO de la universidad y uno de los consejeros más cercanos al rector Ramos, incluso en asuntos que van más allá de IT (información y tecnología). Decide acerca de la adquisición de tecnología ,y en el caso particular de los contenedores, viajó a EEUU durante un par de semanas para comprar artículos tecnológicos. Después esos artículos fueron cargados en los contenedores e introducidos en el país como donaciones. Ahora bien, puesto que impera una absoluta discreción es difícil saber cuál es la participación específica de cada uno en este caso. Por otro lado, la importación era hecha usando el nombre legal de la Iglesia Adventista en Argentina (Asociación Argentina de los Adventistas del Séptimo Día, AAASD), y no la entidad legal de la Universidad (Asociación Colegio Adventista del Plata, ACAP). Así que la persona legalmente responsable es el presidente de la AAASD, el pastor Carlos Gill. No puedo saber cuánto sabía el presidente Gill acerca de este asunto. Por supuesto, ahora está al corriente de todo”.

No hemos podido verificar de forma independiente las declaraciones acerca de una posible complicidad. Hasta la publicación de este artículo ninguno de los nombres de los dirigentes adventistas involucrados había sido revelado. Sin embargo, toda la información proporcionada por la fuente anónima se corresponde con lo que hasta ahora se ha hecho público.

En las últimas horas del jueves la Unión Argentina emitió un comunicado de prensa en Facebook, con el titular “Comunicado Oficial de la Iglesia Adventista en Argentina”, negando cualquier irregularidad:

“Comunicado de Prensa:

En relación a los hechos que son de conocimiento público, la Asociación Argentina de los Adventistas del Séptimo Día (AAASD) manifiesta que sus directivos se presentarán durante las próximas horas ante el juez a cargo de la investigación. Efectivamente existe una donación proveniente de la Iglesia Adventista en Estados Unidos. Nuestra entidad tiene derecho a un juicio, y sus directivos y empleados han asistido y participado junto al personal de aduanas en la recopilación preliminar de pruebas. El inesperado registro judicial no fue posible en la medida en que esta operación pretendió practicarse en horario fuera de oficina.

La donación incluye una amplia diversidad de artículos, cuya variedad responde a su utilización en la Universidad Adventista del Plata para la formación de estudiantes en las distintas facultades que la integran y de manera particular en la facultad de Ciencias de la Salud, con carreras como medicina y otras.

Por otra parte, nuestro acuerdo para la recepción de la mercancía estaba en conformidad con un documento que de ninguna manera vulnera las leyes de importación o cualquier otro asunto legal. Por esta razón, estamos absolutamente interesados en colaborar con la justicia para aclarar esta situación. Suministraremos más información, tanto a los medios de comunicación como al público en general, conforme sea necesario”.

Contacto: Santiago López Blasco – Director de comunicación. (santiago.lopez@adventistas.org.ar)

 

Jared Wright es editor jefe de SpectrumMagazine.org

 

Artículo traducido por Isabel Oliván Lorente

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