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Los restaurantes adventistas sirven comidas buenas para el cuerpo…, ¡y el planeta!

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Un reciente artículo del Religion News Serviceescrito por G. Jeffrey MacDonald hablaba de un restaurante vegano adventista llamado “El Arca” ubicado en el estado de Maine (Estados Unidos), y también mencionó otros restaurantes adventistas del mundo para hablar del enfoque adventista en la salud y la dieta. El Washington Postrecogió la historia y la publicó el pasado 20 de diciembre.

 

En una calle principal salpicada de restaurantes de comida rápida, un nuevo restaurante regentado por una iglesia está rompiendo moldes: ofrece comida vegetariana como una alternativa saludable en un barrio habitado por gente de bajos ingresos.

Pero para los adventistas del Séptimo Día que abrieron “El Arca” a principios de este año en un local que antes albergaba un Pizza Hut, el proyecto no es novedoso. Los adventistas establecieron restaurantes vegetarianos ya en el siglo XIX, en un intento de fomentar la vida sana.

Ahora, después de décadas de interés mediocre, se retoma la tradición. Ansiosos por reavivar los ministerios urbanos, los adventistas están alimentando un creciente número de habitantes de la ciudad hambrientos de comida que sea buena para el cuerpo y el planeta.

“Hay más interés en la comida vegetariana y la vida saludable que nunca”, dijo David Trim, director de archivos, estadísticas e investigación para la Iglesia Adventista del Séptimo día. “Es una idea cuyo tiempo ha llegado.”

En estos días, las iniciativas adventistas locales y regionales están dando lugar a nivel internacional a nuevos restaurantes veganos (sin productos de origen animal) y vegetarianos (sin carne, pero permite lácteos).

Los adventistas han abierto nuevos restaurantes vegetarianos este año en la ciudad de Nueva York, en Phnom Penh (Camboya), Copenhague (Dinamarca) y Tampere (Finlandia), según los registros de Trim. Otros han surgido en los últimos años en ciudades tan diversas como San Francisco (California) y Chattanooga (Tennessee). Más están por abrirse en países como Inglaterra o Brunei, una nación musulmana, donde está prohibida la evangelización cristiana, pero sí operar un restaurante.

Para los adventistas, que creen que el discipulado implica el cuidado del cuerpo, así como el del alma, los restaurantes sin carne son vehículos para bendecir al mundo. También permiten nuevas amistades y cultivar amistades ya que comensales, camareros y cocineros comparten pasiones comunes. Al hacer amigos, vender a alguien un sabroso burrito o compartir una receta de hummus se vuelve fácil.

“La gente está muy cansada de las palabras”, dijo Matthew Blake, un conductor de carretilla elevadora de Wal-Mart y chef voluntario en El Arca, donde los platos cuestan menos de 9 dólares norteamericanos. “Si puedo educar a la gente para hacer cambios de estilo de vida, reducir su colesterol y mejorar su bienestar, la gente está siendo sanada. Y esto es lo más cerca que se puede realmente llegar a modelar la vida de Cristo – por la curación”.

El principal objetivo del Arca como un “centro de influencia” es promover la buena salud y la felicidad que proviene de sentirse saludable, según el director Don Ball. Ahora abre tres días a la semana para el almuerzo, El Arca ampliará su horario en enero para ofrecer almuerzo seis días a la semana y la cena dos noches a la semana.

Después del almuerzo los días de semana, las mesas se pliegan de forma rutinaria y las sillas se disponen para talleres gratuitos sobre temas relacionados con la salud, tales como masajes terapéuticos, hidroterapia, dejar de fumar y la cocina vegetariana.

En una noche reciente, la chef de comida cruda Raphaelle Vatistas mostró a unos 20 asistentes cómo hacer postres sin productos lácteos o azúcar refinado. Muchos de los asistentes están buscando maneras de tratar problemas de salud, desde la diabetes hasta el cáncer, pero algunos asisten por otras razones también.

“La gente tiene curiosidad” por saber cómo comer bien sin carne o productos lácteos, dice Vatistas. “La gente reconoce, ‘es mejor para mi salud, es mejor para el mundo, que es mejor para la compasión con los animales.’ Se puede apelar a todas estas diferentes facetas de la persona.”

Comer carne perjudica al entorno mucho más que una dieta basada en vegetales, según el Centro para la Ciencia en el Interés Público (CSIP). El metano del ganado y su estiércol hacen tanto para acelerar el calentamiento global como 33 millones de automóviles, según el CSIP. La producción ganadera también exprime los recursos ambientales: el 41 por ciento de las tierras de cultivo de regadío de EE.UU. va para la producción de alimento para el ganado, y se requieren 4.500 litros de agua para producir un cuarto de libra [110 gramos] de carne de res.

Algunos clientes de El Arca están repensando cómo se relacionan con el mundo natural y otras criaturas – incluso si no se unen al adventismo, que anima, pero no requiere una dieta sin carne.

Es el caso de Michael Dubois, un abogado de Lewiston y evangélico cristiano que hace cinco meses adoptó una dieta desprovista de alimentos y aceites animales. Con el objetivo de reducir su riesgo de enfermedades del corazón, se encuentra con su esposa, Leslie, en el Arca para el almuerzo dos o tres veces a la semana.

En un día laborable reciente, mientras Dubois comía brócoli al vapor y las empanadas de granos de avena en una salsa de anacardo, reflexionó sobre cómo ha cambiado su vida – y no sólo por la pérdida de 25 libras [11kg] en cinco meses. Un ávido cazador, solía disparar a venados cada otoño y llenar el congelador con su carne. Este año no lo hará.

“No siento que me esté perdiendo nada”, dijo. La decisión de no cazar “no se basa en ninguna convicción religiosa en este momento, pero es más una cuestión de, ‘déjame pensar bien sobre todo esto de la caza.'”

Para Doreen St. Laurent de Lewiston, las comidas semanales en El Arca son parte de un régimen para mantener el colesterol bajo. Ella encuentra que la dieta sin carne le ayuda a sentirse mejor y, por tanto, a estar menos estresada, más paciente y más amable con los demás.

Dice que a través de su dieta vegana, ahora se siente más cerca de la naturaleza y que ha cultivado prácticas para reflejar esa conexión más profunda: mantiene sus pies descalzos en la tierra o hierba por un tiempo prolongado. Lo hace mientras lee un libro durante 30 minutos, incluso cuando las temperaturas caen hasta los cero grados.

“Me gusta mucho estar al aire libre con los pies descalzos en el suelo y sentir la energía de la Tierra, que es algo que nunca habría pensado que estaría haciendo”, dijo St. Laurent. “Es sólo cuestión de estar más conectada con la naturaleza, como se estaba hace 200 o 300 años.”

Para aquellos que buscan conexiones espirituales, los adventistas están encantados de compartir acerca de su fe, pero sólo si los clientes del restaurante preguntan al respecto. Melodías de himnos conocidos, como “Be Thou My Vision” y “How Great Thou Art”, suenan suavemente sin letra mientras la gente come el almuerzo.

Fuera de las horas de almuerzo, a veces las mesas se retiran para dejar espacio para la adoración, el estudio bíblico o un seminario de profecía. Pero si todo lo que se hiciera en El Arca fuera comer el almuerzo, no habría problema.

“Si no se conviertan en cristianos, eso está bien”, dijo Ball. “Estamos aquí para amar, para traer la paz, para llevar alegría a la comunidad. Quiero decir, eso es lo que hizo Jesús “.

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