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Hacia un análisis de la Espiritualidad adventista

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En la Iglesia Adventista, el concepto y definición de “Espiritualidad” ha ocupado un espacio de reflexión limitado. Esto contrasta con el mundo académico religioso, teológico y de las ciencias humanas no religiosas que acumulan definiciones, instituciones de estudios, revistas de investigación y centros de aplicación de la espiritualidad.

Es notorio que la Espiritualidad es un tema de alto interés para las ciencias médicas, sociales, antropológicas, sicológicas, hasta en el marketing y la publicidad. En éste escenario, se advierte que los campos de mayor expansión han sido en las interfases espiritualidad/salud, y espiritualidad/religión.

Frente a esto, las propuestas de Espiritualidad adventista no solo tendrán que responder a sus propias referencias bíblicas y cristianas, sino que exponerse al diálogo con el macrocontexto de las espiritualidades pertenecientes a sistemas de pensamiento humanistas, laicos, seculares, teístas, panteístas, animistas, además de las demás espiritualidades religiosas cristianas católicas o protestantes.

En la interfase adventista espiritualidad/salud son los médicos, enfermeras, matronas, kinesiólogos, psicólogos y capellanes adventistas los que han debido entender la espiritualidad de los pacientes que buscan a Dios y aceptan las oraciones intercesoras, sin importar su tradición religiosa, desde que la iglesia adventista, IASD, ha tenido hospitales, hace mas de 120 años. Así es como el Center for Spiritual Life and Wholeness de Loma Linda University sostiene que al frente de un óptimo cuidado de salud está la atención de la totalidad de la persona, para lo cual integra la espiritualidad en la atención de salud, mediante la investigación, la educación y el servicio.

En la interfase espiritualidad/salud para los adventistas es crucial saber “que hay algo en el centro de nuestro ser que nos lleva a buscar y anhelar a Dios. Muchas personas persiguen esto de manera individual, mientras que otros encuentran que una experiencia corporativa de su fe religiosa influye de modo significativo en su viaje espiritual. Cualquiera que sea el camino, creemos que cada uno de nosotros ha sido creado para estar en una relación con Dios. Creemos que todas las personas tienen necesidades espirituales. Las necesidades espirituales incluyen el deseo de propósito y significados, sentir el amor , un sentido de pertenencia y de encontrar la esperanza y el perdón”.i

Recientemente el Seventh-day Adventist Theological Seminary, Andrews University, ha publicado una Declaración sobre Espiritualidad Bíblicaii, cuyos conceptos contrastan con los aplicados en la institucionalidad hospitalaria, en el mundo de las ciencias y en la plaza/esfera pública, lo que conlleva la necesidad de revisar los conceptos de espiritualidad y religiosidad.

Por su parte, las espiritualidades y espiritualismos también han comenzado a ser una preocupación de la misiología adventista. En este momento, en el Third International Bible Conference 2012, F. Goyoba F, rector de la Universidad Adventista de Filipinas señalaba que es preocupante la expansión de los espiritualismos en todos los rincones y culturas del mundo, y que “nosotros, los adventistas, estudiamos la Biblia y la teología, pero no estudiamos las culturas y el contexto, especialmente aquellas que no son las propias”. En resumen la batalla contra el espiritualismo está lejos de dominarse.

 

Factores que condicionan la Espiritualidad actual.

A pesar de los pronósticos de la científico seculares, la población que cree en el mundo no ha disminuido. Una buena descripción de la situación es la que Engedal refiere respecto a Europa. “El panorama religioso en Europa está cambiando, algunos dirían que de modo profundo. Estudios científicos sociales sugieren que los paisajes sagrados contemporáneos se están alejando de la religión tradicional, dominada por las iglesias cristianas. Los procesos de secularización, individualización y pluralismo han abierto nuevos espacios para formas muy diferentes de la vida espiritual. En este nuevo ambiente se cuestionan cada vez más la importancia de la tradición, el valor del dogma, la autoridad pastoral, como fuente de una espiritualidad personal significativa. La búsqueda espiritual está siendo re-orientada, lejos de la autoridad externamente dirigida, hacia una experiencia personal internamente guiada. Una característica importante de la vida religiosa actual ha llegado a ser la revitalización de la vida interior a través de la participación en prácticas espirituales”.iii

Tratando de entender la persistencia de la espiritualidad en nuestro mundo, reunimos un listado somero de nueve factores condicionantes:

 

a.-De la decepción por la ciencia a la trascendencia. Una vertiente de desarrollo de la espiritualidad viene producto de la decepción por la ciencia, la que no ha sido capaz de articular las relaciones cuerpo/mente, razón/intuición, de lo concreto/abstracto, la emoción/intelecto. El racionalismo, en su pretensión científica de ser la única vía de acceso a la verdad objetiva, o explicar la totalidad de la vida y su devenir, ha sido incapaz de captar y aprehender la experiencia de la vida, con sus detalles, imágenes y símbolos, por lo cual se ha despertado una búsqueda generalizada de la trascendencia, con resurgimiento de todo tipo de creencias y apelación a lo sobrenatural.iv

b.- De la ciencia al saber axiológico. Siendo que los problemas mas graves que padecemos son sociales, axiológicos, políticos, y morales, las ciencias y las tecnologías, por su misma naturaleza, han sido ineptas para tratar exhaustivamente esos problemas. En cambio los mitos, símbolos y narraciones de las tradiciones religiosas continúan hablando de otras dimensiones de nuestra experiencia y existencia, ofreciendo descripciones y conocimientos de la naturaleza humana, la realidad, la sociedad, la familia, sus organizaciones y el comportamiento humano. Saberes que se expresan por medio de lenguajes axiológicos, es decir, un lenguaje que habla de los valores, entre ellos la belleza, lo bueno y la verdad.

c.- Espiritualidad en salud y medicina. La medicina cientificista actual trata los fenómenos naturales con mirada reduccionista, de modo tal que la enfermedad y la salud se reducen a procesos corporales, biológicos y mecánicos, sin referencia a dimensiones sociales, políticas, culturales o espirituales, excluyendo entidades no medibles o no cuantificables. Pero a partir de miradas integradas de sistemas complejos, ecológicos y sociales, se advierte que la suma de las partes puede dar lugar a propiedades emergentes. Esto es lo que ha llamado la atención a la ciencias de la salud, porque pacientes portadores de sida, o sobrevivientes de cáncer, que han integrado experiencias de espiritualidad, presentan recuperaciones en su salud mas allá del efecto esperado de las terapias técnicamente instituidas.v

d.-Identidad relacional. El postmodernsimo ha descontruido la idea de un ser humano poseedor de cualidades esenciales y preeminentemente racionales y autónomas. Ahora se ha incrementado el entender la identidad humana como un ser relacional, en lugar de uno autoconectado, autosuficiente, autoreferente o autoinclusivo. Esto significa que el ser existe en una red dinámica y compleja de relacionesvi.

e.-Movimientos sociales con ideales espirituales. En una búsqueda de significados para su vida, hay variados grupos sociales que se movilizan con intereses altruistas espiritualizados, como grupos ecológicos conservacionistas, movimientos antinucleares, organizaciones caritativas por los pobres, agencias de desarrollo comunitarios, grupos con renovado interés por la belleza del mundo, de realimentación de la imaginación, el arte, la poesía y los lenguajes de la vida. Esto se instala como hambre espiritual, mediante una búsqueda humanista de propósitos para su vida, accesos a autorealización y actualización, mas allá del trabajo, el estatus y el éxito.

f.- Valoración de creencias holísticas de pueblos originarios y sanidad esotérica. La cosmovisión, identidad con la naturaleza, comunión armónica con la tierra y el chamanismo, están siendo valorados por movimientos filosóficos culturales de la ecología profunda, las Naciones Unidas, la ecoespiritualidad, la promoción de la diversidad, el turismo místico y el Concilio Mundial de Iglesias, entre otros.

Las creencias indígenas ancestrales son estimadas en cuanto que aportan visiones holísticas de la realidad y la salud, la integración de la vida material, social y espiritual, la dimensión sacra del ecologismo, la inclusión de todos los sentidos en las experiencias místicas y religiosas, las simbologías del Dios único, los acercamientos polifacéticos a la divinidad (ayunos, hierbas, danzas), tanto como la afirmación de la santidad y dignidad de la vida.vii,viii,ix

En este entorno, teólogos indígenas han precisado que la brisa, el viento, el calor del sol matinal, un árbol (refugio y sombra), el río que riega los campos, las cumbres de montañas, la madre tierra son considerados como vivos y símbolos de Dios, sin ser animismo o panteísmox.

El resultado ha sido la construcción de un imaginario positivo sobre lo indígena, en el cual la espiritualidad es un elemento fundamental, y sus prácticas y filosofías ancestrales se difunden como técnicas de vanguardia para el desarrollo integral del ser humano, trans-religioso, trans-cultural, transnacional.

Por su parte, las experiencias chamánicas de sanación, se insertan dentro de un abanico de tradiciones esotéricas de sanación, entre las cuales se encuentran las tradiciones kabbalísticas, gnósticas, místicas orientales, la nueva era y místicas occidentales.xi

g.-La psicología transpersonal. Nuevas corrientes de psicólogos clínicos declaran que la esencia misma de la psicología es espiritual, y no una ciencia exacta, abriéndose a ofrecer terapias con la potencialidad de cambios de vida, liberación del ego, posibilidad de transformación y comunicación con lo divino. Para este fin recurren a técnicas de psicoterapia profunda, relajación, respiración, hipnoterapias, visualizaciones, imaginerías, cambios de cosmovisión, oraciones a seres superiores, desplazamientos de energías místicas, rehabilitaciones psicológica-corporal, estados de conciencia expandidos, trances psíquicos, llegando a actos de transmisión de la energía sanadora del universo con imposición de manos. En esta psicología (universitaria y formal) la espiritualidad es vivencia de totalidad, conexión con la energía universal, aceptación de la vida, experiencias de iluminación y anhelo de trascender.xii

h.- Bases biológicas de la espiritualidad y neuroteología.Por varias décadas las neurociencias han estudiado la correlación entre actividad de centros cerebral y experiencias (subjetivas) espirituales, tales como asombro, éxtasis, autoconciencia, iluminación, meditación, estados de conciencia alterados.xiii

Tambien desde la psiconeuroinmunología se han ido analizando los posibles interrelaciones fisiológicas hormonales, neuronales, inmunológicas y cardiovasculares durante las experiencias místicas y religiosas, que se interpretan como bases biológicas de la espiritualidad de la conexión espíritu, mente, cerebro, sistema endocrino, sistema inmunológico, aparato circulatorio.xiv,xv

Neurocientíficos ateos están tratando de explicar que las experiencias religiosas y el estado místico son simples fenómenos neurobiológicos y actividad cerebral, desde los cuales el individuo crea imágenes de Dios, partiendo del paradigma reduccionista, en que la única realidad existente es la material.

i.-La paradoja de Creer sin Pertenecer.Desde 1994 cuando la socióloga Grace Davey escribe el libro “Religion in Britain Since 1945: Believing Without Belonging”. La frase “creyendo sin pertenecer” adquiere vida propia, porque ha permitido describir la persistencia del interés en asuntos sagrados de la sociedad del siglo XXI, mientras declina la membresía y aumenta la desafiliación a las iglesias y religiones tradicionales. Incluso el Concilio Mundial de Iglesias dedicó sesiones en el año 2002 para mejorar la comprensión del rol de la iglesia y el cumplimiento de la misión en las naciones donde predomina el “believing without belonging”xvi(creer sin pertenecer).

 

De este modo, la espiritualidad se ha instalado dentro de nuevas epistemologías -cómo sabemos lo que sabemos- del conocimiento de la realidad, integrándose, como una dimensión emergente, a corrientes filosóficas, programas sociales y políticas públicas de salud, educación, trabajo social, religión y ciencias humanas. Cuando el credo dominante es el posmodernismo, se acepta que no hay meta-definiciones [definiciones universales] de la verdad, sean teológicas, filosóficas o éticas. Frente a esto, el intento actual de dar una exposición coherente de la integración de espiritualidad holística, espiritualidad cristiana, fe Cristiana y ética Cristiana es una tarea prácticamente imposible.

Tipos de Espiritualidad. La espiritualidad se ha transformado en un campo académico de investigación y estudio sistemático, que incluye el desarrollo de instrumentos de medición, estrategias de aplicación, rigurosidad científica, cursos, seminarios, revistas especializadas científicas, filosóficas y religiosas. Esta explosión de espiritualidad y religiosidad genera un contexto súper poblado de tipos de espiritualidad.

Ahora es posible identificar muchos tipos de espiritualidad, tales como espiritualidad laica, la antropológica, la académica en medicina, salud, psiquiatría, sociología, psicología, trabajo social, educación, holística, etc. Además, existen las espiritualidades espiritualistas, la de pueblos originarios, las humanistas, neopaganismo y esotéricas. A estas se suman las espiritualidades religiosas confesionales, en sus vertientes hindú, musulmana, judía, budista y cristiana. Y dentro de las espiritualidades cristianas se pueden reconocer las espiritualidades evangélicas, carismáticas, protestantes, cristiana holística, católicas mística, benedictina, franciscana, carmelitana, ignaciana (jesuita), etc. A ellas se suman las propuestas cristianas adventistas.

Tal diversidad de espiritualidades nos señala que en la tarea de definición de la espiritualidad se usan muy diversos enfoques, tornándose en algo difícil, elusivo, casi imposible de precisar, lo que se explica por su calidad predominantemente subjetiva, y porque los conocimientos, percepciones y creencias espirituales suelen resistirse a la objetivación y la verbalización.

Para ordenar tal diversidad de concepciones de espiritualidad podríamos tomar la idea de B. McGinn de clasificar las expresiones de espiritualidad en:

 

a) definiciones dogmáticas desde arriba

b) en espiritualidad por comprensiones antropológica desde abajo

c) en la forma de aproximación histórica-contextual, y/o combinaciones de ellas.xvii

 

En esta clasificación, la espiritualidad exterior e interior señaladas por Engedal corresponden a las de arriba y abajo de McGinn.

En los países sudamericanos, bajo la influencia de una evangelización cristiana católica de 500 años, vemos que la espiritualidad dominante no es la de arriba, sino una de contexto, donde domina el sincretismo religioso entre indigenismo y catolicismo integrados en una “religiosidad popular”.

Para los sociólogos de la cultura sudamericana, la religiosidad popular es tan significativa e importante, que probablemente sea uno de los rasgos de identidad mas propio de nuestros pueblos.xviii

La religiosidad popular es el resultado del encuentro hispano-aborigen donde se interrelacionan la pluralidad de culturas orales indígenas con la cultura escrita española u portuguesa. El resultado es que las naciones latinoamericanas con mayoría católica reciben mensajes de la autoridad religiosa en términos de validación de sus religiosidades. En la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, el mensaje fue “La fe en Dios ha animado la vida y la cultura de estos pueblos durante mas de cinco siglos. Esta realidad se ha expresado en el arte, la música, la literatura y sobre todo en las tradiciones religiosas y en la idiosincrasia de sus gentes, unidas por una misma historia, por un mismo credo y formando una gran sintonía en la diversidad de culturas y lenguas.xix

 

La Espiritualidad Adventista

Para tratar de conocer el concepto adventista de espiritualidad he revisado las revistas Ministry, el Journal of the Adventist Theological Society, las revistas teológicas de las Universidades adventistas sudamericanas, Theologika (U. Peruana Union), DavarLogos-Enfoques (U. A. del Plata) y Kerigma ( U. A. Sao Paulo), la Adventist Review y libros. El resultado es que el tema ha sido tratada por sociólogos, médicos, psicólogos y teólogos adventistas, tales como C. Rosado, J. Wong, B.Manners, N. Rilloma, De Benedicto, R. Aguilar, M. Jantos, H. Kuhalampi, Z. Szalos-Farkas, J Dybhal. A estos se suma la propuesta de Espiritualidad bíblica de los teólogos de Andrews University.

En un carril aparte se encuentra el concepto de salud espiritual que en Loma Linda University ha pasado de un tema de reflexión a un programa universitario de desarrollo y aplicación interdisciplinario.

En este escenario resulta oportuno precisar si existe una Espiritualidad adventista. El próximo Adventist Forum Conference, cuya temática es Nuevas direcciones en la Espiritualidad Adventista puede ser un buen aporte.

Próximamente, publicaré en Café Hispano un estudio acerca de la Espiritualidad adventista contraponiendo las propuestas de Loma Linda University y las de Andrews University.

[Foto de TexasEagle]

Notas:

iiAndrews University. Seventh-­day Adventist Theological Seminary. A Statement on Biblical Spirituality. 2011. http://www.andrews.edu/sem/sdats_bibspir.pdf

iiiEngedal L. Searching for Spiritual Roots and Discipleship in a Postmodern Consumer Culture: The Norwegian CrossRoad Movement Spiritus. A Journal of Christian Spirituality, Volume 11, Number 1, Spring 2011, pp. 51-66

ivMaffesoli, M. Elogio de la Razon Sensible.Ediciones Paidós Ibérica. Barcelona. España. 1997. Pag 35,36

vChuengsatiansup, K. Spirituality and health: an initial proposal to incorporate spiritual health in health impact assessment.Environmental Impact Assessment Review 2003; 23: 3 –15

viSzalos-Farkas, Zoltan. A Search for God: Understanding Apocalyptic Spirituality. (Foreword by Roberto Badenas) Editura Universitara. Bucarest, Rumania. 2010. Pag 2,3

viiNoguería, F. Valdivia, A. Vieito V. La espiritualidad indígena y la libertad de culto. http://www.indigenas.bioetica.org/inves31.htm

viiiMarzal M. El rostro Indio de Dios. Pontificia U.Católica Perú. Lima. 1991. Pag 38,39

ixWorld Council of Churchs. Affirming a spirituality that gives life to allhttp://www.oikoumene.org/en/resources/documents/wcc-programmes.html

xCurivil R. Modernización o sabiduría en tierra mapuche. CERC. Santiago, Chile. 1995. Pag 35

xiLevin, J. Esoteric healing traditions: a conceptual overview.Explore (NY). 2008 Mar-Apr;4(2):101-12.

xiiCelis, A. Testimonios de Transformación. Ed. Universidad Bolivariana. Santiago, Chile. 2006. Pag 105, 152, 286, 333.

xiiiBello, D. Searching for God in the Brain.Scientific American. 2007. October 3.

xivKoenig, H., Cohen, H. The link between Religion and Health. Psychoneuroimmunology and the Faith Factor.Oxford University Press. New York. USA. 2002

xvSeybold, K. Biology of Spirituality. Perspectives on Science and Christian Faith.2010; 62( 2): 89-98.

xviWorld Council Church. Study on mission in secular and postmodern contexts. “Believing without belonging”.Breklum, Germany. 2002. 26 June-2 July.

xviiMcGinn B. The Letter and the Spirit. Spirituality as an Academic Discipline. In Minding the Spirit: the study of Christian spirituality. Elizabeth Dreyer, Mark Burrows, eds. The John Hopkins University Press. Baltimore. USA. 2005.

xviiiMorandé P. Raiz, identidad y dinamismo cultural. Reflexiones sobre el caso chileno. http://www7.uc.cl/sociologia/download/Presentacion_PMorandeCourt.pdf

xixCELAM. Aparecida. Documento conclusivo.V Conferencia General. CELAM, Santiago. 2007. Pag 244.-

 

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