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El don profético

(Traducido por Carlos Enrique Espinosa)

En términos generales, el estudio de la lección publicado esta semana ofrece un excelente análisis general sobre el don profético como experiencia de ambos Testamentos en la Biblia. Mis comentarios, en su mayor parte, señalan que se puede decir mucho más acerca del don profético y, a veces, nos puede sorprender, por ejemplo con respecto a la diversidad de sus manifestaciones y el tipo de personas utilizadas por Dios.

En lo que respecta al Antiguo Testamento, el escritor de Hebreos dice así: “En el pasado, Dios habló a nuestros padres a través de los profetas en muchas ocasiones y de diversas maneras” (Heb 1:1).

Sábado

Deuteronomio 13:1–l5, parece sugerir que incluso un falso profeta puede a veces hacer bien las cosas. El verdadero profeta siempre lleva a sus oyentes a la profecía y a adorar al Dios verdadero.

El texto de Deuteronomio 13:1–5 ha de ser preferido al de Jeremías 28:9, cuando se trata de distinguir a los verdaderos de los falsos profetas. La prueba, en el contexto de Jeremías, es una competencia entre Ananías y Jeremías. Jeremías prevé la destrucción de Jerusalén, seguida de un exilio; Ananías, en cambio, profetiza la paz.

A menudo usamos Jeremías 28:9 incorrectamente. En efecto, el texto dice que si se cumplen las profecías de Ananías, que profetizó la paz, uno puede saber que Dios habló a través de él y no a través de Jeremías.

A veces, un falso profeta puede hacer bien las cosas (como se explica en la lección). Sin embargo, un verdadero profeta a veces puede predecir acontecimientos que no llegan a pasar, porque hay aspectos condicionales en la profecía. En ciertas ocasiones, un verdadero profeta profetiza con el fin de evitar el evento, como por ejemplo, en el caso de Jonás. La profecía puede tener un elemento condicional, aún cuando no se lo exprese explícitamente.

Es común encontrar a los que se oponen al ministerio profético de Elena de White citando profecías en las que ella parece predecir el retorno de Jesús en sus días. ¿Por qué no se oponen también al ministerio profético de Juan (Apoc. 1:3,7; 22:12, 20) y al de Pablo (1 Tes. 4:17, 1 Cor. 15:51–55), que también parecen creer que Jesús volvería en el tiempo cuando ellos vivieron?

Domingo: Patriarca y Profeta

El texto de 1 Reyes 13:1–32 parece ampliar nuestra comprensión de la humanidad de los profetas. El profeta de más edad dice mentiras, sin embargo, también da una profecía verdadera descrita en el texto como la “palabra del Señor”. El profeta más joven da una profecía verdadera, pero es engañado y pierde la vida a causa de la desobediencia. Como en la historia de Balaam, este texto parece enseñar que alguien puede ser un verdadero profeta y, sin embargo, convertirse en un falso profeta o en un apóstata.

Se trata de un pasaje que parece romper la mayoría de las directrices que imaginamos que existen para el don de profecía.

Martes: Profetas de Israel

Soy consciente de una declaración se encuentra en el libro de Elena de White, El Deseado de todas las gentes, página 33:

Fuera de la nación judía hubo hombres que habían predicho la aparición de un instructor divino. Estos hombres estaban en busca de la verdad, y les fue impartido el Espíritu de inspiración. Uno tras otro, como estrellas en el cielo oscurecido, tales dirigentes han surgido a lo largo de la historia. Sus palabras proféticas habían encendido la esperanza en los corazones de miles de Gentiles.

¿Puede esto ser repetido cuando estamos a la espera de la segunda venida de Jesús?

La música parece haber desempeñado un papel importante en las profecías. Por ejemplo, David separó a los hijos de Asaf, Hemán, y Jedutún para el ministerio de la profecía acompañada de arpas, liras y platillos (1 Crón. 25:1). Muchos salmos bíblicos que jugaban un papel en el ritual del templo parecen haber tenido un origen profético.

El don profético podría venir sobre la gente a veces involuntariamente, como en el caso de Saúl y sus mensajeros (1 Sam. 19:20–23).

Jueves: Nuevo Testamento

La diversidad de formas en que el don se manifiesta aparece también en el Nuevo Testamento.

Aunque Lucas nombra regularmente a profetas establecidos, como Ana, Agabo y otros, no siempre llama “profetas” a los que profetizan. Entre este grupo se encuentran los siguientes personajes:

María (Lucas 1:46-55).

Zacarías (Lucas 1:67–69).

Simeón (Lucas 2:25–35).

Ananías (Hechos 9:10).

A esta lista, podemos añadir a Caifás (Juan 11:49–52), el sumo sacerdote apóstata.

Podemos ver en esta lista que una variedad de personas pueden experimentar el don de profecía y, consciente o inconscientemente hacer declaraciones proféticas. Ellos pueden o no vivir esta experiencia de nuevo.

La referencia de Pedro al cumplimiento de la profecía de Joel, en Hechos 2:17–21, parece dar a entender que el don de profecía se haría más generalizado entre los diversos tipos de personas. ¿Debemos esperar algo diferente a partir del Pentecostés?

Bien podríamos reflexionar sobre las siguientes declaraciones de Pablo: Aunque no todos son profetas (1 Cor. 12:29), todos deberíamos desear el don de la profecía (1 Cor. 14:1), que aporta fuerza, ánimo y consuelo a la iglesia (1 Cor. 14:3).

Efesios 5:19 exhorta a los cristianos a “hablar el uno al otro con salmos, himnos y canciones espirituales. Cantad y haced música en vuestro corazón al Señor”. Andrew T. Lincoln entiende este pasaje como un llamando a los cristianos a hablar “el uno al otro con salmos e himnos y canciones, inspirados por el Espíritu,…“canciones espirituales” como fragmentos de alabanzas espontáneas impulsadas por el Espíritu”.1

Las canciones que cantan los creyentes entre sí, son espirituales porque están inspiradas por el Espíritu.…Los textos de Fil 2:6–11; Col 1,15–20; Efe 5:14, 1 Tim 3:16, pueden proporcionar algunos ejemplos, que han quedado registrados en el NT, de fragmentos de himnos creados espontáneamente en las asambleas de creyentes. Éstos, llenos del Espíritu, se deleitan en cantar alabanzas a Cristo, y tales elogios no sólo vienen de los labios, sino del ser más íntimo de la persona, de su ser interior, del corazón, donde reside el Espíritu mismo”.…2

Es posible que no deseemos incluir toda la música, pero ¿es posible que Dios inspire la música de esta manera, a veces, como en el culto del templo en el Antiguo Testamento?

¿Qué podemos aprender acerca de la diversidad del don de la profecía como se nos revela en Hechos 21?

  1. Versículo 4: Los discípulos “a través del Espíritu” le rogaron a Pablo que no fuera a Jerusalén. Este es un término que Lucas utilizó anteriormente para describir el don de profecía (11:28), pero Pablo y su grupo parecen hacer caso omiso al consejo y continúan su camino.
  2. Versículo 4: Las hijas de Felipe profetizando.
  3. Versos 21:10–12, 30–33: Agabo, profeta ambulante, profetizó correctamente, a pesar de que parece haber errado en algunos detalles. Cuando Lucas y otros escucharon esto, discutieron con Pablo para que no fueran, pero Agabo no parece haberse unido a ellos.
  4. Pablo fue un profeta y apóstol, como se ha señalado esta semana en la lección. En Hechos 20:22, parece que fue guiado por el Espíritu para ir a Jerusalén.

¿Cómo vemos a Elena de White en su ministerio profético? ¿Al igual que cualquiera de los ejemplos que se incluyen en este capítulo? ¿Es su trabajo como el que se describe en 1 Corintios 14?

Notas y referencias

1. Andrew T. Lincoln, Word Biblical Commentary: Ephesians [Comentario Bíblico de Palabras: Efesios] Nº 42 (Dallas, Texas: Word Publishing, 1990), 345–6.

2. Ibíd.

Graeme Bradford ha servido como pastor de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, como evangelista y misionero, y como profesor en el Departamento de Teología de Avondale College, en Australia. Entre sus publicaciones se cuentan tres libros recientes: Los profetas son humanos, La gente es humana: ¡Miren lo que le hicieron a Elena de White!, y Más que profeta.

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