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Inspiración, Autoridad, y la Revelación

(Traducido por Carlos Enrique Espinosa)

El problema de los significados

Incluso si usted cree entender una frase, no siempre es fácil responder a la pregunta “¿Qué significa?”

Por lo tanto, pregúntese “¿Qué quiero decir cuando digo: ‘La Biblia es inspirada’? Y “¿Qué quiero decir cuando digo, ‘La Biblia tiene autoridad porque es inspirada’?”

Ahora, intente responder a estas preguntas antes de seguir leyendo. Escriba sus respuestas.

La pregunta básica

¿Podemos derivar de la autoridad de la Biblia de su inspiración reclamada? Es decir, ¿Podemos deducir la autoridad a partir de la inspiración?

Cuatro Proposiciones

  1. El término inspiración es complejo y ambiguo, a veces se refiere al proceso de producción, y a veces al producto de ese proceso.
  2. La idea de la autoridad es distinta de la idea de inspiración.
  3. La apelación a la “inspiración” no puede establecer la autoridad de la Biblia y, por tanto, no lo hace.
  4. La idea de “autoridad” implica un reconocimiento. Tener autoridad significa que alguien, o algún grupo, reconoce cierta influencia.

La cuestión de la Autoridad

Un aspecto esencial del sentido de la palabra “autoridad” es el de la influencia. Quien tiene influencia tiene la autoridad. Y quien tiene autoridad hace algo en el mundo. ¡Ninguna influencia, ninguna autoridad! La autoridad pueden existir incluso cuando una persona no reconozca esa autoridad. A veces hay personas que deben comparecer ante un tribunal, y en el juicio dicen “no reconocer la autoridad de este tribunal”. Pero algunos sí lo hacen, y ese es el punto. La sociedad actúa sobre las decisiones que, como decimos, la ley exige. Incluso la persona que afirma no reconocer la autoridad de la corte se ve afectada por lo que hace. La corte tiene influencia sobre esa persona.

La pregunta crucial es: “¿dónde se basa la autoridad de la Biblia?” Dicho de otra manera: “¿Cuáles son los motivos para afirmar la autoridad de la Biblia?” Debe quedar claro qué es lo que preguntamos y qué es lo que no preguntamos. No preguntamos, “¿tiene autoridad la Biblia?” ¡No hay duda de que sí la tiene! Estamos preguntando sobre la base o fundamento de dicha autoridad.

Podemos considerar tres posibles respuestas: La autoridad de la Biblia es:

  1. Intrínseca: La Biblia tiene autoridad en virtud de ciertas cualidades que sus escritos tienen, y/o tienen estas cualidades debido a la manera en que fueron producidos.
  2. Funcional o instrumental: La Biblia tiene autoridad debido a lo que hace, o al medio por el cual lo hace.
  3. Extrínseca: La Biblia tiene autoridad, porque las personas sobre las que tiene dicha autoridad creen de esa manera, o por lo que hacen con ella.

La idea de la inspiración es compleja y ambigua

La inspiración se ha relacionado con varios eventos:

  • El proceso por el cual el mensaje llegó a la mente de los “escritores”.
  • La escritura misma del mensaje.
  • La preservación del mensaje y su transmisión.
  • La interpretación y el efecto de la lectura y recepción del mensaje.
  • La calidad del producto.

(1) al (3) dicen que el escritor es inspirado, (4) dice que la escritura es inspiradora, por la manera en que se lee; y (5) dice que la Biblia tiene autoridad, única e intrínseca. Es como si “es inspirada” y “tiene autoridad” fueran sinónimos. Pero no lo son.

Ahora, es muy claro que la idea de inspiración se convierte en una idea muy compleja, si se tratara de que debe cumplir todas las tareas de estos cinco puntos, ya que no son idénticos. Pero hará un trabajo muy diferente si se entiende que la inspiración significa:

  1. La iniciativa divina en el origen y entrega del mensaje.
  2. El estado psicológico del escritor: es la condición en la que (se dice) divino y humano se encuentran en una relación, ya sea poseída por los espíritus, el éxtasis, la dominación del hombre por la divina, o llenando la mente con pensamientos o imágenes o sonidos.
  3. La superintendencia divina sobre la historia de la transmisión del texto.
  4. El efecto de los escritos sobre el lector, que logra tomar conciencia de la presencia de Dios, lo que lo lleva a responder al final de una larga cadena de acontecimientos.
  5. La calidad de la Biblia de ser autoritativa, como fuente incuestionable e infalible de la doctrina o, más plausiblemente, teniendo influencia, haciendo algo en el mundo. Esta calidad suele extenderse a las doctrinas derivadas de los textos de la Escritura.

Pretender que el concepto de inspiración lleve cada uno de estos significados, así como otros que podríamos mencionar, sería sobrecargar al concepto, tornándolo excesivamente ambiguo y oscuro. Un término que tiene que ser explicado cada vez que se lo utiliza, por ser tan ambiguo, no es claro ni útil. La palabra inspiración tiene la intención de explicar o aclarar. Pero si primero es necesario precisar y explicar el término de la manera extensa en que lo hemos hecho, entonces se ha convertido en algo engañoso o confuso. No es que las opiniones que expresa sean simplemente diferentes. El problema es que entran en conflicto. Utilizar el término es una invitación a la falta de claridad y a la confusión.

Tampoco debemos tratar de hacer que los conceptos calcen con un estereotipo. Algunas de las teorías de inspiración han sido culpables de hacer que sus explicaciones sean estereotipadas.

  1. El papel del profeta se convierte en el modelo único de la teoría. Esto crea un estereotipo que entonces se toma como normativo. Este procedimiento pasa por alto, deliberadamente, las muchas y variadas formas en que se produjeron los escritos bíblicos; para tener sólo unos pocos ejemplos:

    • Cómo llegaron a existir los libros históricos de la Biblia.
    • Cómo produjeron los evangelistas sus escritos, al recordar a Jesús en los evangelios sinópticos.
    • Cómo el apóstol Pablo utiliza deliberadamente su propio juicio en lo que dice (1 Cor. 7:10, 12, 25, 40).

  2. En el modelo del profeta, el principio del “dictado” intenta explicar cómo se produjeron todos los escritos: Dios “habló” al profeta y éste escribió las palabras divinas sin ningún error, o bien Dios llenó la mente del profeta con pensamientos que luego éste puso en palabras.

La difícil pregunta es, ¿Cómo puso Dios palabras o pensamientos o imágenes en la mente del ser humano? Esto plantea una pregunta mucho más compleja: ¿De qué manera Dios hace algo en el mundo de los seres humanos? ¿Qué significa hablar de la acción de Dios como la causa de los acontecimientos en el mundo?

Existen ciertos raros casos que se acercan al modelo de la influencia divina de otorgar poder. El escritor puede reclamar que el sueño o la visión tiene a Dios como su causa. Esto ya es una interpretación de su origen. Pero luego hay un desfase entre la recepción del mensaje—verbal o cuasi-verbal—y su forma final en hebreo, griego, inglés, o cualquier otra lengua moderna de la Biblia. No es posible hacer que la gran gama de materiales calce con el estereotipo. Tampoco puede usted, en estas cuestiones, determinar de antemano cuál debe ser la respuesta a una cuestión histórica mediante la imposición de los estereotipos sobre los diversos materiales.

El contenido de la Biblia sigue siendo el mismo, no importa si decimos que él o sus escritores son inspirados. La autoridad de la Biblia descansa en la comprensión de su contenido, o sus contenidos (ya que es un cuerpo de escritos diversos). Su influencia y empleo, así como su reconocimiento como fuente de enseñanza es lo que constituye su autoridad.

Los cristianos siempre han sostenido que Dios se revela a través de las palabras de la Escritura. Sólo si esto sucede, la Biblia tiene autoridad adecuada para el creyente, es decir, la autoridad religiosa. Por lo tanto, esto nos lleva a pedir una doctrina de la revelación. Una satisfactoria doctrina de la revelación no permite una dudosa teoría de la inspiración. Si Dios se reveló a través de estos escritos, entonces los escritos tienen autoridad, no importa cómo fueron producidos. La idea de “inspiración” puede tranquilamente pasar a segundo plano.

Una cita

La categoría no-bíblica de inspiración no puede proporcionar una base adecuada para una nueva declaración de la verdad en relación con la autoridad de la Biblia en la era de la ciencia. Hoy en día ha quedado más claro que la autoridad de la Biblia, como los cristianos la han entendido, no puede explicarse por medio de categorías tan subjetivas como ‘inspiración’ y ‘experiencia religiosa’. Tratar de encontrar la explicación del fenómeno de la autoridad de la Biblia en el ámbito de la ‘inspiración’, es buscar la explicación en un lugar donde la Biblia no lo busca”.

La propia palabra inspiración no es una palabra bíblica en absoluto.

La antigua interpretación de la inspiración y los que la siguen repitiendo no tienen en cuenta la revolución en los estudios históricos que el siglo XIX trajo a la luz.1

Notas y referencias

1. Alan Richardson, La Biblia en la Era de la Ciencia (Londres: SPCK, 1961), 75, 76.

El teólogo Edward W. H. Vick escribe desde el Reino Unido. Sus publicaciones incluyen libros y artículos para profundizar el estudio sobre el tema de esta lección, los que pueden obtenerse a través de su sitio Web: www.ewhvick.com.

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