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Las estadísticas oficiales revelan importantes disparidades en la Iglesia Adventista mundial de las que no se habla – Parte 2

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Mediante la revisión de los datos publicados en los últimos Annual Statistical Report 2013, ASR, y Yearbook 2013 podemos conocer mejor la estructura y dinámica eclesiástica de la Iglesia Adventista. Para este fin también veremos que los miembros adventistas, aunque son iguales ante la iglesia, están siendo considerados muy distintos por la organización denominacional.

Itinerario de un nuevo miembro adventista según tipo de Unión

El Manual de Iglesia dice que “están preparados para ser aceptados en la feligresía de la iglesia los que dan evidencias de que nacieron de nuevo y gozan de una experiencia espiritual en el Señor Jesús” . También señala que “Pertenecer a la iglesia de Dios es un privilegio único, que produce en el alma grandes satisfacciones….. El Señor colocó el fundamento de una religión que une a judíos y gentiles, a blancos y negros, a libres y esclavos, en una gran hermandad, considerada en un mismo plano de igualdad a la vista de Dios. (1) Dado el alto significado espiritual de la experiencia de cada nuevo miembro de la IASD, puede ser ilustrativo revisar el itinerario eclesiástico de cada recién bautizado, según el campo (Asociación/Misión) y la Unión donde se esté incorporando, teniendo presente que este proceso lo comanda la Junta de Iglesia y toda la congregación. Compararé la situación de adventistas en tres países, Hungría, Chile e India.

El hermano que ingresa a la Iglesia en Hungría, llegará a una Asociación, que a su vez pertenece a una Unión Asociación. La Hungarian Unión Conference tiene 4.715 miembros, atendidos por 44 pastores; es decir hay 1 Pastor cada 107 miembros, que atienden 2,4 iglesias cada uno; esto significa que el hermano podrá ver su pastor dos sábados y 2 miércoles cada mes.

Un nuevo miembro en Chile llegará a una Asociación o Misión de la Chile Union Mission, donde hay 1 Pastor cada 471 miembros, los que atiende 2,7 iglesias; el recién bautizado podrá ver al pastor 1-2 sábados y 2 miércoles por mes.

El recién bautizado en East-Central India, sólo puede ingresar a Misiones, porque aquí no hay Asociaciones. Esta es una Unión Misión que tiene 130 pastores para 946.003 miembros, es decir cada Pastor atiende 7.300 miembros y 19 iglesias. Por consecuencia nuestro nuevo hermano verá a su pastor cada 5 meses.

Por otro lado, el hermano de Hungría podrá participar en la elección de los 3 administradores de su Unión en el próximo congreso, mientras que los hermanos de Chile e India no podrán hacerlo, porque estos administradores son nombrados por la División.

En cuanto a la posibilidad de llegar a ser delegado al Congreso de la Asociación General 2015, la situación está fijada por la “Constitution of the General Conference of Seventh-Day Adventists” (2). Esta norma dice que los delegados regulares al Congreso de la Asociación General, son 3 por cada Unión Asociación, UA, 2 por cada Unión Misión, UM, 2 por cada Asociación y 1 por cada Misión. En el caso de las UA, todos estos delegados son nombrados por la misma Unión, mientras que en las UM, todos sus delegados son nombrados por la División respectiva. Entonces, en el caso de la Hungarian Unión Conference con 2 Asociaciones, resulta que la misma Unión elige un total de 7 delegados. En el caso de Chile, con 2 Asociaciones y 5 Misiones, sus 11 delegados son nombrados por la División Sudamericana, y en el caso de la East-Central India UM, con 11 misiones, sus 28 delegados son nombrados por la Southern Asia División.

En consecuencia, los delegados de Hungría irán al congreso con el respaldo de los campos de su Unión, libre de la tutela y opinión de la División. Mientras que los delegados de Chile y de India son nominados por la División, instancia que puede controlar el perfil de los delegados al congreso. A esta disparidad se suman otras sorpresas. Cuando estos delegados procedan a emitir (levantar) su voto en el Congreso, donde cada delegado es un voto, resultará que el delegado de la East-Central India Unión representa a 33.768 miembros, mientras que el delegado de Chile representa a 10.532 feligreses, y el delegado de Hungría solo representa a 674 miembros. Esta representatividad tan irregular genera un desconcierto no menor, si consideramos que la misma Iglesia Adventista procura que su hermandad sea considerada “en un mismo plano de igualdad a la vista de Dios”, y que el Congreso de la Asociación General es algo tan solemne, que incluso se reconoce “como la autoridad eclesiástica suprema, después de Dios”. (Manual de Iglesia, pág. 31).

Recordemos que el total de delegados al Congreso de la Asociación General son alrededor de 2400. La misma “Constitution” indica que las 13 Divisiones también nombrarán una parte de los 2400, 660 delegados, a razón de 20 delegados por cada División (subtotal 260), y 400 delegados distribuidos proporcionalmente a su membresía. En todo el proceso de nominaciones de delegados precongreso, los administradores de Divisiones y Uniones son los que nombran estos delegados. Con lo cual nuevamente sorprende que el sistema actual haya dejado sin rol a las Juntas de iglesia en la elección de los delegados. De esta manera las iglesias locales han quedado totalmente desvinculadas del evento institucional donde se genera la linea regulatoria y doctrinal corporativa. A su vez, los 2400 delegados, aunque miembros en regla de alguna de las 74.299 iglesias del mundo, fundamento del andamiaje organizacional, tampoco están canalizando ni la opinión, ni luz del mundo, ni sal de la tierra de sus Juntas de iglesia.

Del asombro a la necesidad de cambios

A partir de los antecedentes descritos en las dos partes de esta revisión, me permito algunas reflexiones, por cierto limitadas, ya que se basan en observaciones desde la periferia de las Juntas Directivas de Campos, Uniones y Divisiones, naturalmente sesgadas por mi visión como laico.

La revisión y análisis somero de los datos publicados en el ASR me muestra que la IASD tiene una inmensa diversidad organizacional, estructural, funcional y misionera. Frente a esta realidad, hasta amenazante, se aprecia una fuerte comunión de fe y misión en tal grado, que consigue una convivencia fraternal, a un nivel de unidad que es casi un milagro. Pero es tiempo de asumir nuestra increíble realidad. Con tanta disparidad, en tantos frentes, resulta poco claro que sigamos sosteniendo que la forma de gobierno de la Iglesia Adventista sea representativa. En la práctica parece que estamos viviendo en otra institucionalidad, en que la autoridad de la Iglesia se genera y descansa mayormente en los administradores de las Divisiones, de la Asociación General. Con una mayoría de miembros en categoría de Uniones Misiones, minusválidos ante los de Uniones Asociaciones, se ha ido desvirtuando el ideal de que la autoridad de la Iglesia descansa en sus miembros. Más bien nos hemos ido trasladando a un estilo de gobierno más episcopal y menos representativo. Por lo cual también ha llegado el momento de revisar si se justifica que sigamos discriminándonos entre hermanos de Uniones Misiones y de Uniones Asociaciones.

Pero a los laicos también nos corresponde una gran responsabilidad en esta situación. Hemos sido cómodos, permitiendo que otros decidan por nosotros, dejando de involucrarnos en los procesos que se gestan en las administraciones clericales, siendo muy permisivos con la discrecionalidad y arbitrio de las figuras de autoridad. Esto puede ser consecuencia del desconocimiento de los laicos de la burocracia adventista, unido a una potente dedicación a la religiosidad local, en la gestión de los programas de nuestra comunidad de creyentes. Estamos ocupados exclusivamente en apoyar el autosostenimiento y la autoreferencia misionera de la propia congregación. Por este camino, los laicos felices en nuestras propias iglesias, hemos ido promoviendo un congregacionalismo atenuado asistémico, que tolera con indiferencia la gran diversidad estructural de la iglesia mundial, despreocupado de lo que las sedes de Uniones, Divisiones y AG estén resolviendo Por este motivo, se entiende que no tengamos buenos movimientos solidarios con nuestros hermanos, quienes desde el punto de vista organizacional son ciudadanos de segunda, por ejemplo los de India y Africa; ¿por qué no hemos promovido que una mayor proporción de los diezmos retenidos por las Divisiones vayan a subsidiar la obra en estos lugares con carencias?.

Es sumamente notorio que el significado simbólico de la representatividad se ha desdibujado, tanto por la alta disparidad del número de miembros adventistas que cada dirigente o delegado representa en los estamentos colegiados (Juntas), como por la generación mayoritaria de elegidos y nominados mediante procesos cupulares (episcopales), y no por procesos con participación presencial de los feligreses (Sacerdocio de Todos los Creyentes).

Mi convicción es que la fortaleza de la IASD como movimiento profético, con una clara misión, y un sólido cuerpo doctrinario, es de tal potencia y magnitud que bien puede soportar la revisión de su modelo organizacional, y proceder a cambios significativos. Estos cambios son necesarios para eliminar las barreras que han alejado al feligrés de su organización y readecuar la representatividad, todo en procura de optimizar el compromiso misionero y la mayordomía cristiana.

La revisión del modelo organizacional adventista ha sido un tema que ha motivado varias propuestas, mayormente dentro de ámbitos administrativos y de eruditos.(3) Pero a partir de lo aquí señalado estimo que somos los laicos los que deberíamos prepararnos para reunir adecuada argumentación, suficiente para sustentar opiniones sobre ventajas y debilidades del constructo organizacional actual, a fin de identificar estrategias mas eficaces para la obra eclesiástica y evangélica mundial. Esta responsabilidad laica tendrá que abarcar también el análisis de la distribución equilibrada de los diezmos en el sostenimiento de la obra misionera, y la carga financiera que implican las estructuras administrativas burocráticas de Asociaciones. Misiones, Uniones, Divisiones y Asociación General.

En esta reflexión pueden adquirir renovado valor las interrogantes que dejó Andrew G. Mustard en su paper “Seventh-day Adventist Polity: Its Historical Development”, publicado dentro del proyecto de Eclesiología 1982-1990 del Biblical Research Institute. (4) El Dr. A. Mustard señalaba que el desafío de la iglesia es estar abierta a nuevas ideas y métodos, de modo que la estructura organizacional de la iglesia actúe como facilitadora, no como obstáculo, para el cumplimiento de la misión. Para abordar el futuro se necesitan respuestas a lo siguiente:

-¿El tamaño y complejidad de la estructura e institucionalidad administrativas, son apropiadas al tamaño y los recursos del cuerpo de creyentes?

-¿Existen suficientes disposiciones para estén bien representados los miembros en los órganos que toman decisiones, cualquiera que sea la naturaleza de su ministerio?

 

También es legítimo que avancemos en resolver temas pendientes desde 1980, tal como lo señala el ex director de ASTR, Bert Haloviak, en uno de los informes de la Commission on World Church Organization:

-¿El poder, la autoridad, fluye desde el funcionario administrativo superior hacia abajo, o fluye desde los laicos hacia arriba?

-¿Es la autoridad de los administradores inherente o delegada?” (5)

 

Mi disposición es ayudar a buscar mejoramientos en la representatividad y confiabilidad mutua entre miembros y organización, a fin de progresar en fidelidad y cumplimiento de la bella misión que el Señor nos ha encomendado en este mundo. Espero que la descripción del mapa eclesiástico actual sea un aporte para avanzar hacia ese objetivo.

Referencias:

  1. Manual de Iglesia. IASD. ACES-Chile, 18º Revisión, 2010. Pág. 22- 45

  2. Constitution of the General Conference of Seventh-Day Adventists. As revised at the 59thSession held in Atlanta, United States of America, June 24 to July 3, 2010.

  3. Knight G.K. Organizing for Mission and Growth. Review and Herald P.A. Hagerstown. USA 2006.

  4. Mustard A.G, “Seventh-day Adventist Polity: Its Historical Development”. Biblical Research Institute. https://adventistbiblicalresearch.org/ru/node/474

  5. Haloviak B. Approaches to Church Reorganization. Commission on World Church Organization

March 23 to 29, 1993. Office of Archives and Statistics. General Conference. http://docs.adventistarchives.org/doc_info.asp?DocID=54

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