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¡Ubuntu!

Un antropólogo propuso un juego a los niños de una tribu africana. Puso una canasta llena de frutas cerca de un árbol y les dijo que aquél que llegara primero ganaría todas las frutas. Cuando dio la señal, todos los niños se tomaron de las manos y corrieron juntos y así se sentaron a disfrutar del premio. Cuando él les preguntó por qué habían corrido así, si uno solo podía ganar todas las frutas, le respondieron: UBUNTU.

¿Cómo uno de nosotros podría estar feliz si todos los demás están tristes? UBUNTU, en la cultura Xhosa significa: “Yo soy porque nosotros somos”. Gracias a los amigos de la Red Sostenible y Creativa por compartir este mensaje.

Qué bueno sería que dejáramos que esta historia nos calara hasta la glándula del hipotálamo antes de disponernos a juzgar y criticar las tribus del mal llamado tercer mundo.

Nos hemos olvidado que un día el primer mundo, nosotros, los esclavizamos. También los colonizamos y les aplicamos el sistema de segregación racial, llamado Apartheid. Hemos agotado la materia prima de su suelo generando la riqueza en nuestro mundo y muy recientemente, en 1996, empresas farmacéuticas hicieron ensayos ilegales llevados a cabo en niños nigerianos.. La película británica El jardinero fiel, producida en el año 2005 y dirigida por Fernando Meirelles, basada en el libro con el mismo título de John Le Carré (2001) y en el documental de Brian Woods, Dying for Drugs, así lo explica.

Perseguidos por el rubor que nos pueda producir este texto, vamos a plantearnos algunas preguntas:

¿Vamos a explotarnos unos a otros?

¿Vamos a vivir juntos porque no nos queda otro remedio?

¿Vamos a vernos con extrañeza y NO nos vamos a reconocer como personas iguales?

¿Vamos a tener sólo una relación justa y homogénea?

Los androides son seres solitarios, islas habitadas por un solo náufrago en medio de un abigarrado mar de gentes. Y nosotros ¿Qué somos?

Desdibujamos nuestros recuerdos para no sufrir, así que hay que revisar bien el contenido de nuestro cerebro. Estando de moda ahora la memoria histórica este proceso también merece una.

Como dice la antropóloga Mª Eugenia Ramírez Goicoechea en su libro Etnicidad, Identidad, Interculturalidad, les debemos la de-colonización a nuestros hermanos colonizados.

No pedimos tanto, no está en nuestras manos, pero sí está que diésemos un giro de 180º y por fin nos planteásemos vernos todos y todas como COMPLEMENTARIOS y realizar proyectos juntos. Para poder lograrlo hay que partir de estas dos premisas:

  • La verdad ha de implantarse en el corazón.

  • La verdad ha de dominar la mente y los afectos.

Citaremos un texto bíblico para plantearnos ese mismo pacto entre “nosotros” y “los otros”. “Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo”. (Jeremías 31: 33)

Así nos adoctrinan socialmente en la mente y en el corazón, así tenemos que adoctrinarnos nosotros a nosotros mismos para dar ese cambio social. Dejemos de ser tan competitivos para lograr vernos todos y todas como COMPLEMENTARIOS y realizar proyectos juntos.

Concluiremos con esta célebre frase de Albert Einstein: “La palabra progreso no tiene ningún sentido mientras haya niños infelices.”

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