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Carta a Odiseo

Querido amigo, tus invitaciones a navegar por los procelosos mares de Internet siempre incitan a otear en el horizonte un viaje pleno de experiencias, aunque no exento de riesgos, máxime cuando, como es en mi caso, viajo a bordo de un esquife. Así, en el surcar de estas aguas el arribar a buen puerto, aquello que desea el navegante, puede convertirse en una ardua tarea. No obstante, en una de las últimas singladuras me invitaste a virar el timón para tomar un rumbo que prometía avistar una nueva Ítaca: el lenguaje de la Biblia. Ese viejo libro que para algunos, quizá cada vez para menos, son las palabras con que las que nos habla la divinidad; para otros es una fuente del saber inmarcesible; otros la consideran…, qué sé yo. Pero para todos la Biblia no dejará de ser el libro que nos explica quiénes somos, por ello es que su lenguaje no nos deja indiferentes, porque está dotado de vitalidad.

En ese viaje me invitaste a navegar por una noticia que llevaba por título: New Bible draws critics of gender-neutral language.

 

La traducción del 2011 de la New International Version Bible

La leyenda New Bible draws critics of gender-neutral languagepudiera inducir a equívoco respecto al fondo de lo que se está tratando. La traducción del 2011 de la New International Version Bible (NIV 2011),[1] una de las biblias más leídas entre los protestantes de habla inglesa, ha conllevado un debate extremadamente interesante no solo para los traductores y estudiosos de la Biblia, sino también para todos los lectores para los que la Biblia sea la fuente de inspiración de sus vidas como cristianos.

El debate se ha centrado en un asunto que en nuestro mundo contemporáneo occidental se ha tornado crucial: el lenguaje sexista. Y, querámoslo o no, los temas que ocupan a nuestros conciudadanos tarde o temprano traspasan el umbral de la iglesia. Aunque algunos quisieran que hubiera un muro de separación, esto no es posible. Las actuales sociedades de la información, democráticas y libres, rompen todas las barreras que se quieran levantar frente a ellas. La libertad, bien preciado donde los haya, obliga a la discusión abierta con la sociedad que nos rodea y nos interpela.

El lenguaje sexista de la Biblia hiere la sensibilidad de muchos sinceros cristianos, tanto de hombres como de mujeres. Es por esa razón que el Comité de Traducción de la Biblia (CBT) encargado de actualizar el lenguaje de la NIV se propuso llevar a cabo una tarea de “expurgación” del lenguaje sexista de la Biblia.[2] El CBT es un grupo selecto de estudiosos de la Biblia, profundos conocedores de los textos hebreo y griego bíblicos y teólogos de renombre. No son precisamente unos neófitos o unos iluminados, ni han tenido un “acceso de fiebre modernista”. Son eruditos que investigan y traducen con rigor científico.

Pues bien en este su esfuerzo por presentar un texto bíblico más neutral en lo que al género gramatical se refiere, como es lógico han tenido que romper con algunas traducciones “tradicionales”, porque las traducciones también tienen “tradición”, palabra en cierto sentido maldita entre los cristianos reformados, sobre todo entre aquellos que reclaman para sí el honor de estar aferrados a los “fundamentos” –los bíblicos se sobreentiende–, y a los que otros les conceden el título de “fundamentalistas”, con a veces pretensiones de denigración.

¿Cuáles eran esas tradiciones con las que el CBT ha intentado romper? A título de ejemplo citaremos unas pocas:[3]

1) Por ejemplo, en muchos pasajes en los que aparece la expresión ‘hombre’ (man) o ‘humanidad’ (mankind) se sustituye por un equivalente de género neutro, lo que resulta en una mayor precisión en la traducción del texto hebreo o griego.

2) Lo mismo se aplica en muchos casos que aparecen las palabras: ‘él’ (he, him), ‘su’ (his, masculino), ‘hermano’ (brother), ‘padre’ (father), ‘hijo’ (son).

Baste mencionar que la NIV 2011 tiene como objetivo, entre otros, enmendar las más de 3.600 citas que se han identificado como problemas relacionados con el género en la Today’s New International Version (TNIV 2005).[4]Quizá un ejemplo nos pueda ilustrar el tipo de dilemas al que los traductores se han visto confrontados. Apocalipsis 3: 20 se traduce así:

·      NIV (1984): «¡Aquí estoy! Yo estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él y él conmigo.» («Here I am! I stand at the door and knock. If anyone hears my voice and opens the door, I will come in and eat with him, and he with me.»)

·      TNIV (2005) «¡Aquí estoy! Yo estoy a la puerta y llamo. Si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con ellos/ellas, y ellos/ellas conmigo.» («Here I am! I stand at the door and knock. If anyone hears my voice and opens the door, I will come in and eat with them, and they with me.»)

·      NIV (2011) «¡Aquí estoy! Yo estoy a la puerta y llamo. Si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con esa persona, y ellos/ellas conmigo.» («Here I am! I stand at the door and knock. If anyone hears my voice and opens the door, I will come in and eat with that person, and they with me.»)

Las palabras en griego que aquí se traducen son: autoû(pronombre personal genitivo masculino singular) y autós (pronombre personal nominativo masculino singular). La edición crítica del texto del Nuevo Testamento de Nestle-Aland[5] no ofrece variantes textuales, por lo que debemos aceptar que los biblistas están de acuerdo en que el texto griego es fiable. Por lo tanto nos encontramos ante un uso de “lenguaje sexista” en el Nuevo Testamento, al menos en opinión del CBT. En 1984, los traductores de la NIV se sentían cómodos con el genérico ‘él’ (he, pronombre personal de tercera persona, masculino singular). En 2005 con la TNIV insistieron en usar solo el plural no sexista ellos/ellas (them/they, pronombre personal de tercera persona, masculino plural. En inglés el plural no distingue entre masculino y femenino). Pero en 2011 se ha adoptado una posición intermedia, con “esa persona” (that person) que parecería una traducción un tanto forzada y artificiosa en aras a conseguir un género neutro en el texto bíblico.

Hay otras cuestiones de calado al respecto de la traducción de la NIV 2011, pero traerlas a colación probablemente nos desviaría un tanto del objetivo principal de esta “carta-artículo” y nos impediría ver cuál es el verdadero meollo de la cuestión.
            

La inspiración verbal de la Biblia

La NIV 2011 es una traducción que ha levantado rechazo en el mundo norteamericano evangélico, o evangelical como ahora algunos prefieren, porque desde su punto de vista les parece que se aparta en exceso de los cánones, más o menos establecidos, en la forma de la traducción de la Biblia –y la forma quiérase o no afecta de alguna manera al fondo, es decir, a la manera de entender el texto–. Esta sacrosanta tradición tiene unas señas de identidad que se han de tener in mente, y estas son como diría Randy Stinson, decano de la School of Church Ministries at the Southern Baptist Theological Seminary: «Los evangélicos creen en la inspiración verbal y plenaria de las Escrituras. Creemos que cada palabra es inspirada por Dios…».[6] Y una cosa es obvia si cada palabra de la Biblia es inspirada por Dios, quizás tenemos un problema.

Ahora bien, el verdadero problema es: cuando se cree en la inspiración verbal, entonces es inevitable hacer cambios “ideológicos” en la traducción, al contrario de lo que creen los Randy Stinson, es decir, los evangélicos que creen en la Biblia como Palabra de Dios, como su guía espiritual infalible. Y necesitan de esos cambios para que el lenguaje de la Biblia se adecúe a sus propias concepciones y no resulten contradictorias con los principios de vida éticos más elementales.

Cuando no se considera la inspiración verbal de la Biblia (caso de la tradición adventista, actualmente no seguida por muchos de sus teólogos y pastores),[7] no hay que hacer cambios. Simplemente las contradicciones son el producto de la cultura de un tiempo, y lo que hay hacer es entender y comprender una época y a sus hijos. Pero si en la actualidad las concepciones éticas al respecto de la condición de la mujer en las sociedades del pasado, o de muchas contemporáneas, han sido superadas, solo hay que hacer una “actualización” de los principios, no de las palabras.

Quien está en contra de la dedicación de las mujeres al ministerio pastoral, es porque en el fondo hace una teología sustentada en la inspiración verbal, y se agarra a las “palabras” del texto. Quien tiene una concepción de la inspiración no verbal, no ha, o no debería, de tener un prejuicio cultural de este tipo, porque ha o debería de utilizar los principios que iluminan las palabras.

 

«¿Qué está escrito…? ¿Cómo lees?»

La Biblia nos enseña que Dios tiene tanto signos masculinos como femeninos, es tanto hombre como mujer. Dios es tanto un padre como una madre: «Como aquel a quien su madre consuela, así yo [Yahvé] os consolaré…» (Isaías 66: 13, Nueva Biblia de Jerusalén1998). Jesús también es una madre: «¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como una gallina reúne a sus pollos bajo las alas, y no habéis querido!» (Mateo 23: 37, NVJ 1998).

Quizás en lugar de cambiar las palabras, habríamos de cambiar nuestra manera de leerlas. «¿Qué está escrito…? ¿Cómo lees?», le pregunta Jesús al doctor de la Ley. No preguntes quién es tu prójimo, eso es lo que está escrito en la Ley; sino pregúntate de quién eres tú prójimo, eso es lo que debes leer (Lucas 10: 25-37, NVJ 1998).

Porque si seguimos mirando lo que está escrito, en lugar de ver lo que nos está diciendo el texto, «…la letra mata, más el Espíritu da vida» (2 Corintios 3: 6, NVJ 1998), entonces quizá nos veamos abocados a la necesidad de cambiar el lenguaje esclavista de la Biblia (‘siervo’ por ‘amigo’ [Juan 15: 14]), o el lenguaje racista (‘oscuridad’ y ‘negrura’ se asocia al pecado y al mal; en cambio el ‘blanco’ a santidad), o el lenguaje político monárquico o antimonárquico, o el lenguaje… Si añadimos estos cambios y otros más que nos salgan al paso, ¿qué nos va a quedar del texto bíblico?, probablemente un texto aséptico, irreconocible, incapaz de transmitir sensación, imposible de establecer feeling con él.

No hay métodos históricos (llámense crítico o gramatical) que nos puedan dar la certeza absoluta de la comprensión de un texto, pero quizá si trasladamos el centro desde el redactor al receptor, entonces tampoco estaremos en disposición de explicarlo, pero sí de comprenderlo. Explicares “dar razón”, es decir, hacer patente el qué, el por qué, el para qué y el cómo…, es conocer las causas, el contexto, las consecuencias y esto…, esto está fuera de nuestro alcance.[8] En cambio comprender es leer, es intuir el interior de la realidad de las cosas, es discernir cómo se relacionan entre sí las partes o aspectos de un asunto y de ver la cuestión en su totalidad, no solo los hechos aislados. Entender esta ligado a la idea de conciencia y espíritu; un atributo concedido por Dios a la naturaleza humana que nos conduce a comprendernos a nosotros mismos, en nuestra propia existencia…[9] Comprender es estar a la escucha, entonces sí, ¡el texto llega a ser significativo para mí!

Cómo pretendemos corregir a un hombre, ¡sí un hombre!, que escribió hace miles de años. A pesar de que sepamos poco del pasado, se nos antoja que sí sabemos que eran sociedades que se podrían calificar desde la antropología de patriarcales, vistas a la luz de los derechos humanos de machistas, vistas… Vistas desde cualquier punto de vista la mujer, los niños, los esclavos, los bárbaros, los judíos en el Nuevo Testamento… todos salen mal parados, porque la Biblia la escriben seres humanos con sus miserias y sus anhelos, con lo que son a pesar de lo que quisieran ser. Es entonces cuando me acuerdo de aquella frase tan inteligente de Ellen G. White: «La Biblia está escrita por hombres inspirados, pero no es la forma del pensamiento y de la expresión de Dios. Es la forma de la humanidad. Dios no está representado como escritor. Con frecuencia los hombres dicen que cierta expresión no parece de Dios. Pero Dios no se ha puesto a sí mismo a prueba en la Biblia por medio de palabras, de lógica, de retórica.» (Manuscrito 24, 1886. En: Mensajes selectos, t. 1, pág. 24). El lenguaje de Dios no es machista, no es esclavista, no es racista, no es… «ya no hay judío ni griego; ni esclavo ni libre; ni hombre ni mujer…» (Gálatas 3: 28, NVJ 1998). Pero Dios nos tiene que hablar a través de seres humanos que sí son todo eso: machistas, esclavistas, sexistas… ¡Igual que nosotros! «¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?» (Romanos 7: 24, Reina-Valera1995).

 

A modo de despedida

Si intentáramos leer como leyó Jesús, también podríamos decir: «Oísteis que fue leído, pues ahora yo también leo…». Leo sacando «cosas nuevas y cosas viejas» (Mateo 13: 52, NVJ 1998), porque en Cristo «las cosas viejas pasaron, todas son hechas nuevas» (2 Corintios 5: 17, RV 1995).

Odiseo nuestro viaje es navegar, aun en aguas turbulentas y al borde de la zozobra, hacia una Ítaca donde «…las profecías se acabarán, cesarán las lenguas y el conocimiento se acabará», pero «el amor nunca deja de ser» (1 Corintios 13: 8, RV 1995).

 

Carles Centener

 

Ítaca

Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.

Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.

Ten siempre a Ítaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Ítaca te enriquezca.

Ítaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.

Aunque la halles pobre, Ítaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Ítacas.

Konstantinos Petrou Kavafis

Antología poética. Madrid: Alianza Editorial, 1999.

Edición y traducción, Pedro Bádenas de la Peña

 

 

[1]Por el momento la NIV 2011 solo está disponible online por Internet: Biblegateway <http://www.biblegateway.com/versions/New-International-Version-NIV-Bible/> [Consulta: 11 abril 2011].

[2]Ver: Biblica <http://www.biblica.com/niv/> [Consulta: 11 abril 2011].

[3]El lector que desee conocer con mayor detalle los cambios de traducción de la NIV 2011 los remito a: Biblica <http://www.biblica.com/niv/> [Consulta: 11 abril 2011]; The Council on Biblical Manhood & Womanhood: <http://www.cbmw.org/Blog/Posts/CBMW-Responds-to-New-NIV2011> [Consulta: 11 abril 2011]. En la web de The Council on Biblical Manhood & Womanhood: encontrarán una bibliografía introductoria al tema sobre el género en el lenguaje bíblico muy interesante y completa: <http://www.cbmw.org/Gender-Neutral-Bible-Resources> [Consulta: 11 abril 2011].   

[4]«Today’s New International Version». Wikipedia <http://en.wikipedia.org/wiki/Today%27s_New_International_Version> [Consulta: 11 abril 2011].

[5]Kurt Aland, Matthew Black, Carlo M. Martini, Bruce M. Metzger y Allen Wikgren (eds.). The Greek New Testament. 3ª ed. Nueva York-Londres-Edimburgo-Amsterdam: Sociedades Bíblicas Unidas, 1975.

[6]Citado en: «New Bible draws critics of gender-neutral language». U.S. News msnbc.com. <http://www.msnbc.msn.com/id/42137283/ns/us_news/> [Consulta: 11 abril 2011]. Ver también: René Pache. Inspiration et autorité de la Bible. Saint-Légier-sur-Vevey: Emmaüs, 1967.

[7]Ver George R. Knight. «El adventismo adopta una postura más rígida acerca de la inspiración». En: Nuestra identidad: Origen y desarrollo. Doral (Florida)-Colonia Narvarte (México): APIA-GEMA, 2007, págs. 155-161.

[8]Ver «Explicación». Wikipedia. <http://es.wikipedia.org/wiki/Explicaci%C3%B3n> [Consulta: 14 abril 2011]; «Aristotle on Causality». Stanford Encyclopedia of Philosophy. <http://plato.stanford.edu/entries/aristotle-causality/> [Consulta: 14 abril 2011].

[9]Ver «Entendimiento». Wikipedia. <http://es.wikipedia.org/wiki/Entendimiento> [Consulta: 14 abril 2011]; «Hans-Georg Gadamer» y «Hermeneutics». Stanford Encyclopedia of Philosophy. <http://plato.stanford.edu/entries/gadamer/> [Consulta: 14 abril 2011].

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